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Cuando la experiencia tiene nombre de mujer

lunes, noviembre 30th, 2009

Recién vuelto de Londres y sus salas de té -la visita a la capital inglesa deviene un viaje a los sentidos si se visita el St. James Restaurant, de Fortnum&Mason-, me dirigí a Les Cols. Es decir, el lugar donde la palabra sentidos aplicada a la hostelería adquiere su máxima expresión, o quizás uno de sus mayores exponentes. No me considero especialmente viajado, ni tampoco persona especialmente culta en cuanto a hostelería sensorial se refiere, pero la experiencia vivida en el viejo mas de la Garrotxa es quizás una de las más impactantes que se puedan tener hoy día en España.

Hablar literalmente sobre lo vivido en Olot estas últimas horas sería muy probablemente traicionar su espíritu. Descubrir lo que se puede encontrar en esos pabellones ya famosos en toda Europa (ver Le Figaro de la semana pasada sobre arquitectura aplicada a la hostelería) sería quitar toda la gracia a una futura visita. Conservar la capacidad de sorpresa es esencial cuando se va a visitar tan solo por un día -tal como a ella le gusta- a la persona que sencillamente enaltece la palabra hospitalidad. Me refiero a Judit Planella.

No es hasta llegar al edificio y encontrársela en esa casi telúrica recepción cuando uno entiende el significado de la griega palabra «leitourgia», liturgia: obra del pueblo. Sucesión de actos destinados a satisfacer el pueblo. Hoy en día su significado ha pasado a definir aquella sucesión de actos casi rituales que alguien hace para darle más énfasis a lo que practica. Eso es lo que hace la propietaria de los pabellones, pero con una salvedad: de manera absolutamente natural, sin un gesto de más. Los muchos años de ayuda a su familia en la posada familiar han sido una inconsciente escuela, sin duda. 

Así como podemos decir que los elementos y la naturaleza son la filosofía de Les Cols, tampoco se entendería el establecimiento gerundense sin una persona como su propietaria a la cabeza. Estoy convencido de que cuando el sr. Gallardo habla de liturgias de recibimiento, desayuno y despedida, piensa en Olot. Los detalles de bienvenida, las palabras justas, ese desayuno casi único -habrá otros de similares características, supongo, pero no en el mismo marco- y esa despedida sincera hacen aconsejable la experiencia… Por otro lado, este establecimiento es el triunfo de algo con mucho encanto en un entorno hostil. Pero para conseguir eso debe haber mucha implicación, un vaciado en el negocio sin límites, originalidad y, sobre todo, sensibilidad sin las afectaciones típicas de los grandes hoteles de siete estrellas, hoy tan en boga. Ello me hace reflexionar sobre el futuro de muchos hotelitos con encanto, hoy amenazados por urbanizaciones a su alrededor. Quizás el secreto de su pervivencia no se base en sus vistas, sino en las experiencias que puedan ofrecer muros o paredes adentro. Esto es, en la capacidad de sorprender con nuevas liturgias al viajero.

Si se aprovecha la visita para ir a cenar al vecino restaurante del mismo nombre -hoy galardonado con dos estrellas Michelin- se hará el completo, probablemente. Pero un consejo: al reservar, tomen mesa a las ocho de la tarde, pronto. Así les mostrarán esa obra de arte que RCR hizo en su día y les dará tiempo a acabar el menú degustación a una hora razonable: son 14 platos. Si no comen al mediodía, mucho mejor. 

Bernat Jofre i Bonet, hotel Son Esteve

Saber escuchar

lunes, octubre 5th, 2009

Hoy el pequeño hotelero se ve forzado a ser un profesional de múltiples tareas que muchas veces no entiende demasiado. La mayoría de las veces se ve sobrepasado por tal cantidad de labores al frente del hotel que no sabe ni puede hacer bien, por falta de tiempo, la gestión de Internet. Al ver que alquilar un gestor y seguidor de contenidos en la Red le puede salir caro, acaba ejecutando él mismo dicha función. Los resultados son, por norma general, deficientes. Entonces el honrado propietario se da cuenta que quizás no sepa escuchar tanto como creía en un principio. Que cuando empieza a leer cosas que a priori llegan a ser lesivas para su negocio culpa el poco rigor de esa página, pero nunca la posible falta de rigor en el desempeño de su labor.

No tengo recetas mágicas, ni soluciones. Pero sí algo que la gente que me rodea me ha ayudado a potenciar, y es el saber escuchar. Escuchar, analizar, saber ver los problemas y hallar para cada uno de ellos tres soluciones antes de optar por una decisión final. Pensar, pensar y pensar. Esto es lo que planteo: el pensamiento como solución a parte de los problemas que todos tenemos como hoteleros. Porque saber escuchar puede ser parte del Clúster, que está a punto de ver la luz, incluso de las Jornadas de Solares, que se celebrarán los próximo 30 de noviembre y 1 de diciembre.

Escuchar a nuestros clientes, a nuestros proveedores, a nuestras parejas… Muchos pecamos del ya conocido «ya sé». Cuidado, no acabemos como el asno del cura, que de tanto saber comer murió de hambre. Quizá la mejor inversión para combatir la crisis sea el alquiler del conocimiento. Es decir, ser humildes y reconocer que no lo podemos hacer todo.

Sepamos escuchar, sepamos aprender.

Bernat Jofre i Bonet, hotel Son Esteve

Que los sueños no devengan en pesadillas

miércoles, julio 29th, 2009

Escribir algo es un acto de sincerarse, dicen. De autoafirmarse. De decir en definitiva «pienso esto y soy así». Hace muy pocos días, el Consejo de Ministros monográfico sobre Turismo celebrado en Mallorca aprobó una serie de generosas ayudas para fomentar nuestro un tanto decaído sector. Quizás muchos de los que leen este Foro se animaron a llamar a un arquitecto, hacer un par de números y emprender lo que llamo la Senda de los Sentidos. Quizás. 

De entrada, bien pensado: posicionarse ante la crisis es una actitud inteligente. Ser diferente, luchar por nuevos mercados y atraer otro público. Esa es la (buena) teoría. La que vale, la que hemos oído muchas veces. No ser como los otros puede ser la solución.

Pero que las ganas de agradar no sean las tumbas de vuestros establecimientos. Debemos hacer entender a arquitectos y constructores que si bien tenemos empresas hoteleras, la mayoría son pequeñas y familiares. A la par que no somos ricos y no nos podemos permitir según qué aventuras. Sentidos, sí, pero con cabeza. Con presupuestos firmados y con una rentabilidad preasignada a las mejoras que introducimos a nuestro establecimiento. A veces, los dibujos salen caros… Fiarlo todo al ICO -esto es, al banco- puede traer más de un problema: debemos saber parar, saber decir «hasta ahí podemos». Pues el podemos llega normalmente hasta donde empieza nuestra financiación propia.

Por tanto, lo primero que deberíamos examinar es si realmente podemos o dejamos los riesgos para otros. ¿Perogullo? Experiencia, que no es lo mismo. Ser diferentes, sí. Ofrecer algo no único pero sí diverso, también. Y que los sueños no devengan en pesadillas.

Bernat Pere Joan Jofre i Bonet, hotel Son Esteve

El camino de los sentidos

sábado, junio 27th, 2009

Mi experiencia en la remodelación y ampliación de Son Esteve me ha servido para proponer a todos los foristas una reflexión sobre lo que puede significar el lento tránsito de un establecimiento tradicional hacia los sentidos. O el devenir de un planteamiento clásico a uno más vanguardista. Lo que ello puede acarrear a sus explotadores. En definitiva, la actitud y quizás los sacrificios que deberá asumir el nuevo apóstol de la modernidad para con sus visitantes. Qué pedagogía debemos afrontar ante el nuevo ejercicio de hospitalidad ideado. Qué nuevo sentido cobra el ser anfitrión. Seguramente alguno ha llegado a sufrir un cierto hartazgo del propio negocio, y muy probablemente se haya planteado diversas posibilidades:  seguir igual -siendo lo más aconsejable cerrar- o apostar quizás por un concepto diferente de hostelería, algo que sea único o bastante inclasificable. Es decir, abocar a una parte de las antiguas casas a la Arquitectura de los Sentidos.

En nuestro caso optamos por lo último, y este junio inauguramos la primera fase de lo que nos proponemos, que no es otra cosa que una diferenciación conceptual única en Mallorca. Y aquí vienen mis reflexiones que, quizás como terapia, quizás como consejo, nunca como intromisión, quiero trasladar a todos mis colegas de este Foro.

En primer lugar, ser sinceros con uno mismo/a. Y entender que no tan sólo por unas habitaciones tecnológicamente avanzadas vamos a girar esa tendencia quizás negativa de nuestro negocio. No, hace falta mucho más, a mi modo de ver. Necesitaremos reinventar el hotel. Su liturgia, su lenguaje, todos sus conceptos. Desde el desayuno hasta la iluminación de la zonas comunes. Voy a poner cierto énfasis en la colación matutina: es uno de los momentos más esperados del día por el turista. Pero también puede ser uno de los más repugnantes si el hotelero se lo propone. César Ritz decía que la mitad del bienestar del visitante se ganaba por el estómago. Si escogemos la senda de los Sentidos, deberíamos tener muy claro que éstos empiezan por la mañana.

En segundo término,  comentar el coste. Meterse en una aventura sensorial es, básicamente, caro. No voy a decir muy caro -todo depende del estado en que se encuentre el edificio sobre el que ejecutar la obra-, pero sí más costoso que el patrón clásico de la hostelería convencional de habitación mediana, pasillos angostos, un comedor amplio y a correr… No, se trata de otra cosa, evidentemente.  Los estucados venecianos, claraboyas encima los rain showers, suelos radiantes y demás aderezos tecnológicos cuestan algo, para qué engañarnos.  

Bernat Jofre i Bonet, hotel Son Esteve

Vamos en capillas en lugar de ir en red

jueves, mayo 21st, 2009

Así como hay ideas novedosas que pueden quedar estancadas por parecer extravagantes a ojos de muchos, hay otras que podrían parecerlo aún más pero que nadie discute su practicidad. Buscar en el primigenio universo de Internet del año 1994, por ejemplo. Una insensatez digna de figurar en los anales del freakismo empresarial. Pues ese año dos chicos crearon Yahoo!, y poco después, otros dos universitarios, Google.

Por qué en el extranjero disparatadas ideas como una fábrica de muebles donde éstos los monta el consumidor tiran adelante y en España muy probablemente se hubieran quedado en bellas utopías de cuatro chalados es una de las razones del atraso endémico de este país. Que inventen ellos, dijo Unamuno. De paso, nos cargamos algo tan básico como el I+D. Porque tuvieron dinero detrás para desarrollar sus productos en paz y demostrar que sus ideas eran dinero contante y sonante. Porque tuvieron un Estado -en el caso sueco- que apoyó a los hermanos suecos desde un principio, porque Estocolmo vio el elemento catalizador de riqueza que podía generar Ikea en ciertas zonas desfavorecidas del país nórdico. Porque, en definitiva, hay una cultura empresarial de red. También de competencia, cierto. Pero básicamente de red. Si en Europa hay empresas, zonas fabriles en constante crecimiento, viveros de empresas subvencionados por los organismos locales…, es porque hay un empresariado que cree en su respectivo sector como una red. No como compartimientos estancos de compañías aisladas, tú aquí y yo allí.

Quien suscribe este artículo es Licenciado en Geografía e Historia, especialidad de Geografía Humana, aquella rama dentro de las Humanidades que estudia las sinergias que se dan en los núcleos económicos de los países. Pues bien, en España dichas sinergias tienden a ser un tanto estancas, compartimentadas. Hay miedo a que nos copien, a compartir. La gran mayoría de los empresarios de nuestro país son individualistas, gente que tan sólo piensa en su beneficio -cosa muy respetable- y no en una idea de país, de nación. Los países que sí tienen un empresariado con vocación de servicio a su país no se plantean según qué cosas. Así lo comprobé en Amsterdam, donde cursé un año de mi carrera.

Seremos capaces de gastarnos 1.000 € en según qué gadgets para las habitaciones de nuestros hoteles, pensando que estamos a la última y que a modernos no nos gana nadie. La decepción gorda vendrá después, cuando venga el cliente de cierta confianza y nos diga aquello de que bueno, que eso hace 5 años estaba bien, pero ahora… La vergüenza que nos invade es grande, y nos preguntamos por qué le hicimos caso al decorador, a la chica guapa que nos vendía los televisores o a ese webmaster que nos diseñó una página que no puede ser localizada por los principales buscadores… La respuesta es obvia: porque no estábamos asesorados, ni funcionábamos en red.

El empresariado del sector rural no actuaba como lobby, y las marcas de Q tampoco, pues es como mínimo cuestionable su papel de asesoría de tendencias a cambio de, en algunos casos, cantidades francamente importantes de dinero, para quedar desfasados casi inmediatamente… No obstante discutimos 1.000 € anuales a algo que puede ir en beneficio de todos. Porque sencillamente no queremos ir en red, sino en capillas. Tú a la tuya, yo a la mía. Y dejaremos al cíclope ser el rey en el reino de los tuertos.

Me gustaría saber hasta cuándo este empresariado dejará de creer más en él que en España, y lo digo con mucho sentimiento y consciente que dicha frase puede abrir heridas más que cerrarlas. Pero este país no es una selección de fútbol, unos reyes y un Gobierno. Somos todos, aunque no lo parezca.

Hagamos, pues, de la innovación algo que valga la pena.

Bernat Jofre i Bonet, hotel Son Esteve

Contratar personas discapacitadas, ¿buena idea?

lunes, mayo 18th, 2009

En este Foro de La Ruina Habitada hablamos de tendencias, de modelos arquitectónicos, de diseño y, en definitiva, de todo lo que rodea a nuestro mundo, el hotelero. Hoy querría hablar de una iniciativa social que hemos tenido en nuestra Possessiò Son Esteve, algo que quizás nos salga bien pues es otro elemento más de lucha contra la crisis. Seguramente todos los hoteles tienen hoy problemas de personal; no por su escasez, como antaño, sino porque problamente los números no deben cuadrar. Se trata, pues, de compartir sinergias positivas cuando las hubiere, y creo que ésta lo es.

Vamos a dar empleo a una persona con discapacidad. Es una labor integradora y demostrar a una persona que es útil, a pesar de tener una minusvalía, se convierte en un acto cívico y tiene importantes bonificaciones. Y eso, en los tiempos que corren, se agradece.

Por cada contrato realizado a tiempo completo, el hotel obtiene una subvención de 3.907 euros. Además, existen otras bonificaciones: si empleamos a un hombre mayor de 45 años, de 5.700 euros por año. En el caso de contrato a menores de 45 años, la cuantía es de 4.500 euros al año en el caso de los hombres, y de 5.350 euros en el de las mujeres. Si los trabajadores sufrieran discapacidad severa, la subvención para los menores de 45 años sería de 5.100 euros anuales para los hombres, y de 5.950 para las mujeres, mientras que la cantidad asignada a los mayores de 45 años se eleva hasta 6.300 euros.

Además, el hotel se puede beneficiar de una deducción de la cuota íntegra del Impuesto de Sociedades en 6.000 euros anuales por persona, de acuerdo al incremento de la plantilla de trabajadores con discapacidad, contratados por tiempo indefinido, respecto a la plantilla media de trabajadores con discapacidad del ejercicio inmediatamente anterior. Para acabar, se otorgan bonificaciones en contratos para la formación de personas con discapacidad, en los que la cotización a la Seguridad Social será del 50% de las cuotas empresariales previstas para los contratos normales.

Nosotros vamos a contratar un jardinero, que ejercerá una labor rutinaria y metódica. Deberemos enseñar, sí. Deberemos tener paciencia, sí. Pero la sensación de cumplir con algo más que el pago de una nómina no nos la quitará nadie. Si a ello le sumamos  el ahorro de bastantes euros al año, pues mucho mejor.

Bernat Pere Joan Jofre i Bonet, hotel Son Esteve

Algo se mueve

domingo, abril 26th, 2009

Hablar de idiomas, de Internet, de derechos digitales o de condohoteles puede llegar a aburrir. Por tanto, intentaré hablar de inquietudes, las nuestras. Las inquietudes que en este Foro, en Jávea y en la propia Ruina Habitada se  empezaron a captar. Porque Jávea ha sido la espoleta de muchas cosas, efectivamente. De la asunción plena del fenómeno Facebook como CRM de nuestras pequeñas explotaciones. De la eclosión teórica de un movimiento aterritorial totalmente de y para profesionales que puede cambiar muchas cosas en el panorama turístico. Porque si bien en el aspecto formal y arquitectónico -esto es, la Arquitectura de los Sentidos- los artífices y máximos ideólogos son Fernando Gallardo, Jesús Castillo Oli y Judit Planella existió otro encuentro de hoteleros.

 Y se dio en un aspecto más de batalla, más de día a día. En esa parte jurídico administrativa donde muchos hoteleros no nos sentimos cómodos porque no es nuestro campo. Pero que desde nuestro sentido común vemos más cosas que muchos políticos y directivos de asociaciones de casas rurales desde sus mullidos despachos, sus atalayas inconscientes de una realidad cambiante -la española- muy diferente a la reflejada en esos farragosos reglamentos hechos tras la Transición Española, elaborados la mayoría por técnicos no hoteleros muy alejados de las necesidades actuales de nuestro sector, el de los hoteles rurales. 

El hecho de pertenecer a un Foro de estas características nos permite hablar con gente de toda España. Es una suerte y un privilegio que nunca podremos agradecer lo suficiente. Desde el día que entramos en la Ruina Habitada, todos hemos podido entrar en contacto con empresarios de todas las Comunidades Autónomas, cada uno con sus fortalezas, con sus particularidades y debilidades. Todos con una idea fija en la cabeza: mejorar nuestro producto, satisfacer el cliente.  

Eso de entrada. Pero casi todos los que se han llegado a sondear -con una idea en la cabeza, con matices en algunos casos- confiesan lo mismo: que las Administraciones públicas no ayudan en demasía al sector. Eso quedó muy claro. No nos referíamos a las generosas subvenciones europeas para edificar el hotelito de nuestros sueños, sino en el día a día, en la lucha continua, el fragor por conseguir más clientes nuevos. Aquí nos sentimos, quizás, un tanto desamparados. En Jávea también se pudo llegar a otras conclusiones, muy jugosas todas ellas. Todos estamos de acuerdo en que las múltiples marcas rurales existentes en España lastran nuestra comercialización como destino.

La gran mayoría también opinamos que hace falta una mayor implicación de las autoridades en la promoción internacional de lo que llamaríamos el Turismo Rural Español. Queremos extranjeros entre semana, pero no sabemos muy bien cómo. Porque hubieron dos Jáveas, si se me permite. Una, la oficial, dedicada a la comercialización de nuestros establecimientos. La otra, la emocional, aquella que se dio entre nosotros. Tan solo por las cosas que pudimos escuchar en la corta distancia ya valió la pena ir a la bella ciudad levantina. Para mi relativa sorpresa, valencianos, catalanes, vascos, gallegos, castellanos, leoneses, riojanos, andaluces, extremeños, astures, cántabros, canarios y algún que otro mallorquín perdido coincidimos en que algo debemos cambiar en el ordenamiento jurídico de nuestro país antes de que éste nos haga cerrar nuestros hoteles.

Ordenación, promoción, líneas de apoyo a las Nuevas Tecnologías… Pero, ¿acaso esto debiera salir de la Administración? No, pienso que no. Sencillamente, la Administración se ha quedado sin interlocutores válidos y representativos. No hay asociaciones a nivel nacional que sean representativas en cuanto a nuestro producto se refiere. Lo más aglutinador que hay son las marcas de calidad existentes hoy en el mercado. Seamos pues nosotros quienes podamos trasladar nuestras inquietudes a la Administración central. Hagamos un «corpus», un decálogo de lo que queremos. Sería brillante que una de las primeras acciones prácticas de lo que se quiere hacer fuere la modernización de nuestro sector. Brillante, y necesario. Nos jugamos demasiado.

Bernat Jofre i Bonet, hotel Son Esteve

¿Dónde reside el alma de Internet?

lunes, abril 6th, 2009

BigBrother Por iniciativa del señor Gallardo, y tras un corto debate en privado, quiero plantear a los miembros de este Foro una cuestión muy de actualidad y sorprendentemente olvidada por los jerarcas comunitarios. Hasta el día de ayer.

Primero. El mundo 2.0 –no tan solo Facebook– está sustentado por emporios de origen no europeo cuya jurisdicción pertenece a los países de origen de dichas compañías, principalmente Estados Unidos.

Segundo. Dichas corporaciones y/o sociedades se nutren de una base de datos imponente que gratuitamente ceden sus usuarios. Y aquí empieza el debate. ¿Dichos datos son cedidos o regalados? Si esto último, ¿a cambio de qué, señor Google?

Tercero. Los usuarios aceptan unas cláusulas de uso incomprensibles y no sujetas a ningún Derecho vigente en la Unión Europea. Presuntamente, sin jurisprudencia alguna. Es decir, alegales.

Cuarto. Si dichos usuarios quieren morir digitalmente, no pueden. Sus datos siempre quedarán en el ciberespacio, pues tales acuerdos –presuntamente alegales en Europa, repito– suscritos entre empresa y usuario así lo permiten. Podemos recibir anuncios de hoteles hasta después de que lo cerremos por insolvente el invierno que viene…¿Nadie se ha preguntado el por qué de esa súbita presencia de correos curiosos en Hotmail o en la cuenta de Facebook o Twitter? Os han segmentado, queridos amigos. Como a las ovejas antes de parir. Gran Hermano empieza en ciertos despachos de Palo Alto (California) y Redmond (Estado de Washington), no en Bruselas.

Quinto. La Normativa Europea de Protección de Datos –único texto legal vigente ante el cual se puede acudir, nos guste o no– es la 965/46/CE, cuyo campo de acción son "las bases de datos automatizadas y en formato papel". No las digitales, obviamente Internet, y mucho menos el fenómeno 2.0. Y a esa normativa se agarra Facebook. Europa no dice nada de su negocio, por lo que cree que sus leyes –las americanas– sirven para Europa. Hago, pues, esta pregunta: ¿gustan las leyes de otros continentes para Europa?

Sexto. No se trata de controlar a nadie, no se trata de decirle al personal lo que debe poner o no en la Red, cada cual es libre de hacer lo que le plazca con su mouse. De lo que se trata es que unas compañías acepten unas condiciones de juego para operar en un mercado digital europeo, tal como las compañías españolas aceptan las durísimas condiciones impuestas por la Secretaría de Estado de Comercio norteamericano, o en su defecto la Fed, en función de que sean compañías mercantiles o financieras.

Séptimo. Con ello, pues, se trata de garantizar un mínimo de libertades individuales, no de propagar el socialismo, el totalitarismo o el liberalismo.

El Big Brother simboliza estas cláusulas presuntamente abusivas que permiten vulnerar los derechos más elementales, como el de decir basta. Ser uno mismo, en definitiva. No pretendo nada más.

Bernat Jofre i Bonet, hotel Son Esteve