El Hotel de los Sentidos comienza a generar debate. Hacía falta que alguien lanzara propuestas no ideológicas, sino conceptuales y pragmáticas, pues hemos comenzado la participación en este Foro de la Ruina con una aproximación al diseño de lo que puede llegar a ser nuestro hotel en Valparaíso. De viaje por la costa mediterránea apenas he respirado un minuto para leer lo que algunos suscriptores del Foro han anticipado. Veamos.
La reunión. Considero que aún es pronto para que algunos interesados se reúnan en alguna parte a proclamar un enunciado sobre el Hotel de los Sentidos. Quizá no se hayan puesto sobre la mesa de este foro demasiadas ideas de lo que podría ser el proyecto, ni con cuánto presupuesto se dispondría, ni qué financiación requeriría. Es ahora el momento de la tormenta de ideas. Hemos de leer más acerca del proyecto en Valparaíso.
El emplazamiento. Bernat Jofre nos emplaza a ejecutar el proyecto en el campo, en los alrededores de Santiago o Valparaíso. El modo de comercialización de este producto se confiaría en una cadena internacional tipo Six Senses. Otros dejan reposar sobre mis hombros la decisión de implantarlo en Valparaíso ciudad, quizá porque allí el mercado está ya muy hecho y las ayudas financieras son más evidentes por parte del gobierno chileno. Sería necesario, por tanto, ahondar en estos argumentos.
El proyecto arquitectónico. Aún por definir, contamos con el aliciente del fascinante experimento que llevamos a cabo en agosto con 15 jóvenes arquitectos chilenos. Naturalmente, nuestro arquitecto de cámara, Jesús Castillo Oli, estará al frente del proyecto. Requisito apuntado como indispensable por Paco S. Rico, junto a mi padrinazgo ideológico. Pero la manera de engarzar los equipos está aún en el aire, pese a que ya se han reunido los antes mentados diseñadores para engastarse en las vainas de este proceso.
El plan de viabilidad. Hay consultoras que ofrecen estos servicios. Sin embargo, la experiencia hotelera de los inversionistas, su buen talante y la ilusión en hacer un experimento debe incentivar su elaboración en el contexto de este proyecto. Y por si faltara poca colaboración, Inma Ranera, de Christie+Co, promete ayudar en lo que pueda. Estamos a la espera, igualmente, de que los responsables de la consultora Experiencia Austral demuestre lo que por el nombre anuncian
La explotación. Está totalmente por definir, si bien esto debería dejarse para el final.
Instalaciones. Bernat Jofre sugiere la apertura al público de un restaurante situado en los últimos pisos del inmueble, panorámico. Si algún cocinero de prestigio se prestara a crear una Cocina de los Sentidos, sería un aldabonazo definitivo para el establecimiento. Sólo que en Chile no podemos hablar de un chef mediático como lo entendemos en España. Nuestro forista defiende también la construcción de un spa en los últimos pisos del hotel, con vistas a la inmensidad de Valparaíso y sus cerros. Y si es posible una piscina infinita en la terraza, mejor que mejor. Pero ahí no queda la cosa: sería necesario también un Business Center de 200 personas en los bajos, que podría atraer a un público más diverso que el vacacional, pero aún en precario en esta ciudad. Ahora falta presupuestar todo esto y escudriñar en las zonas altas de la ciudad si existe un solar o ruina lo suficientemente grande como para albergar tan numerosas instalaciones.
Habitaciones. En este punto, el único que ha avanzado algunas ideas ha sido el mallorquín Bernat Jofre, un enamorado de Chile. No se arriesga en cifrar el número de habitaciones que debería tener el hotel, pero sí sus dimensiones: 25 metros cuadrados por lo menos, con una estructura de edificio cuadrado y vistas al mar. Esta medida es muy razonable, pues lo situaría en las cinco estrellas oficiales españolas. Y, ¿acaso no son también convenientes los 100 metros cuadrados por habitación? Menudo lujo
¿Y por qué iba a desmerecer un dormitorio de 10 metros cuadrados si su distribución interior estuviese bien planteada? Es lógico que todo el mundo piense en amplitud versus rentabilidad. Pues quien escribe no. Si estamos ideando un hotel experimental, experimentemos con la geometría variable. Habitaciones que ofrezcan indistintamente 10, 25 y hasta 100 o 200 metros cuadrados, modulares y variables, como el yield management. ¿Cómo se guisa esto? Pongamos a los arquitectos, hoteleros e ideólogos a pensar. Que diseñen esto y las habitaciones sin cama, sin mesa, sin silla, sin lavabo, sin bañera, sin
¡Imaginad!
Márketing. Ideas, vamos, ideas
¿Qué celofán habría que añadir? ¿Se hará publicidad por sí mismo un hotel así? El Hotel de los Sentidos
¿es un nombre con gancho? O, como sugiere, Jofre, el nombre adecuado es el Hotel Sensorial, el Hotel Singular, El Destino
Financiación. Otro asunto espinoso. Paco S. Rico propone la creación de un fondo de inversión bajo identidad societaria y registro legal. Nadie ha apuntado un límite en el accionariado ni una estructura de capital. Pero en algunos oídos resuenan, cuestión aparte la asignación presupuestaria y las ayudas oficiales, participaciones accionariales de 50.000 o 100.000 euros. El fondo de capital daría para una inversión cercana al millón de euros que, en Valparaíso, doblaría lo invertido por cualquier hotel de los denominados boutique.
Ya estamos metidos en faena, así es que la estructura expuesta puede ser muy bien el eje vertebrador de este proyecto. Naturalmente, otras mentes pensantes más duchas en la materia y mejor organizadas que un servidor añadirán o modificarán esta estructura de trabajo. Estamos en ello. Mañana mismo tomo un vuelo a Chile que me tendrá de nuevo por este país andino tres deliciosas semanas de primavera austral.
Y trabajaremos cada día desde Santiago y desde Valparaíso para concretar ya algunos detalles sobre esta extraordinaria iniciativa de nuestro Foro de la Ruina.
Fernando Gallardo