Archive for the ‘Prensa’ Category

Un paraíso de revista

jueves, enero 15th, 2009

La calidad de un vuelo se mide por la cantidad de pasajeros que han manoseado la revista corporativa ofrecida en el bolsón del asiento. Yo creía que el auge de las compañías low cost habían dejado a Iberia en una posición inmejorable para copar el segmento ejecutivo y la clase turista menos ocupada en cazar gangas tras muchas horas de navegación por la Red. Pero no, hace poco comprobé que tal presunción no deja de ser un tópico más de los viajes en avión.

En un vuelo a Barcelona, servido por Iberia -concretamente, por su filial Air Nostrum-, la revista Ronda Iberia daba asco tocarla. Tanto que me resistí a hacerlo durante la primera media hora, pero luego me sobrevino la galvana de la tarde, la difusa imagen de las nubes, el muermo de la altura, y no tuve más remedio que tragarme ese sapo y aposentar entre mis piernas la resma en grasienta cuatricromía.

Con cuidado de no desfoliar sus páginas, pero aguzando el ingenio para vencer la resistencia de los dobladillos, emprendí un periplo por aquel ejemplar no sé cuántas veces desvirgado como quien se hace cliente de un meublé en las Ramblas. Algunos de mis amigos escriben y fotografían sus reportajes, pero quiero ahorrarles el disgusto de imaginar en qué estado de ilegibilidad encontré sus líneas o cuán groseros eran los raspones que herían sus imágenes.

Sí voy a destacar la apostilla que un incógnito lector, pasajero de algún vuelo anterior, se permitió rotular sobre una de las páginas más llamativas de la revista. «El paraíso», decía. A toda plana, la fotografía de un resort playero me recordaba el Costa Adeje, en la isla canaria de Tenerife. O no, quizá se pareciera más al que desborda toda la playa de Papagayo, en Lanzarote. ¿No sería acaso el de las dunas de Corralejo, en Fuerteventura, con esas casitas de tejado a cuatro aguas, arcos a lo largo de la fachada, balcones en sus tres plantas y un manojo de palmeras alrededor de un multiforme piscinario? Pues ahora que lo digo se me antoja pensar que tal vez hayan tomado la imagen desde un extremo del complejo en forma de herradura que vi en el H10 de Gran Canaria. Es igual… Incluso puedo reconocer sus chozas al borde de la piscina, que abrigaban la barra de un chiringuito especializado en snacks precongelados. Y esas empalizadas que daban sombra a las tumbonas en las que se refugiaban, mediada la jornada de playa, aquellos veraneantes centroeuropeos de carrocerías incendiadas al sol canario… Me confunde el color de la arena en la lejanía, por lo que deduzco que la postal ha sido tomada en la Costa Daurada.

No quiero seguir con ese jeroglífico arquitectónico en el que todas las vistas se parecen al paraíso soñado por la mayoría de nuestros congéneres en época de vacaciones estivales. Un escenario idílico de piscinas, saltos de agua, arroyos que bordean el césped, siempre difícil de hidratar en estos secarrales marítimos. La fiesta permanente de los chiquillos, los columpios y fetuccini hilvanados en un minigolf, los billares, los estantes de videojuegos, los bares, diez restaurantes temáticos, un escenario sobre el que perder el miedo al ridículo tras la cena. Un ejército disciplinado de recepcionistas, camareros, gobernantas, socorristas y, sobre todo, animadores esculpidos en mangas de camisa. Vacaciones en la playa… ¡Ay, qué vacaciones!

Descifremos ya este galimatías. Miro abajo y ¿qué leo?: un hotel de ensueño en el corazón del Caribe. ¿No estábamos en las Canarias, o en la Costa del Sol, o al filo de la propia Costa Daurada? Qué va, veraneamos en el paradisiaco Ocean Coral & Turquesa Resort, en Puerto Morelos, México, que es lo mismo. Firma la hoja publicitaria la enseña hotelera H10. Pensando en ti.

Fernando Gallardo 

La prescripción de hoteles

jueves, noviembre 20th, 2008

Como todo el mundo sabe, mi oficio es ser prescriptor. Informador, sí. Crítico, también. Pero, en esencia, prescriptor. La prescripción de hoteles trasciende el papel del informador y el del crítico. Se escinde de la ecuánime función del juez. Y, sin llegar a ser parte, adopta un compromiso hacia el adepto que lo convierte en su facultativo personal. El comunicador facultado por el lector para recomendar.

Como todo el mundo sabe, mi oficio nace en la información, se proyecta en la comunicación y sedimenta en la recomendación personal. Prescribo sobre hoteles, dicen. Por lo cual de un tiempo a esta parte soy invitado pintoresco en foros, congresos, conferencias y aulas universitarias para hablar de mí. O de mi oficio, más concretamente.

Como algunos saben, no es esa mi vocación ni siquiera mi devoción por la docencia. Pero acepto sin mucho fervor por lo que de mi experiencia y conocimientos puedan extraer los demás en su devenir profesional o empresarial. Ésta es la razón motriz de mis convocatorias a las Jornadas de Arquitectura de los Sentidos en La Ruina Habitada y de la existencia de este Foro de la Ruina en el que convivimos. Sin embargo, me conmuevo cuando la invitación a disertar sobre mi oficio de prescriptor, más que el de escribidor, surge de instituciones académicas. Me enfervorizo cuando el auditorio se llena de jóvenes discentes prestos a escucharme y, probablemente, tomar buena nota de la técnica que utilizo en mis juicios críticos y recomendaciones de los hoteles que tienen futuro en nuestro panorama inmediato. Me encanta observar en las aulas y salones espirituales cómo las palabras no se disuelven en el aire, sino que germinan con la tinta que se escriben los apuntes.

Como algunos ciertamente saben, el privilegio de recomendar solo es sostenible cuando se empareja a la exigencia de conocer. Y en ello me desempeño a diario cuando testeo y escribo sobre los hoteles que me gustan. Nunca con la objetividad robotizada de los manuales del perfecto mistery guest, sino con el alma que le pongo a la tarea y el capricho de mis sentimientos personales, fruto de la escrutación que me permite el uso de todos mis sentidos. No es cuestión de ser un dios, sino un amigo. No de ser el padre, sino el hijo.

Como nadie sabe, hace unos días pude disfrutar en la localidad palentina de Aguilar de Campoo, próxima a La Ruina Habitada, de una romántica exposición de mi pensar y ejercer en el discurso de apertura del año docente en la Universidad Nacional a Distancia (UNED), invitado por el nuevo director del centro, Juan de Dios Casquero. El Norte de Castilla le ha dedicado este artículo.

Como nadie sabe, aunque lo suponga, diserté sobre hoteles.

Fernando Gallardo

Hoteles para soñar y contarlo

jueves, octubre 23rd, 2008

El Mercurio, diario de mayor tirada en Chile, ha dedicado su portada este domingo a un puñado de hoteles inolvidables, bajo la mirada circunspecta de algunos conocidos y muy celebrados arquitectos chilenos. Entre ellos, dos españoles: Casa Camper, en Barcelona, y Puerta América, en Madrid. Su autora, Sylvia Bustamante Gubbins, inicia así un viaje por el apasionante orbe de los alojamientos singulares que la conducirá, probablemente, al altar de la crítica hotelera en el país andino. Y si no, al tiempo.

Este artículo demuestra que el interés de los chilenos por los hoteles va in crescendo. Y gracias a la sensibilidad piesta de manifiesto en su redacción a mí me da que ni la cordillera ni la costa del Pacífico se van a hormigonar con paquebotes del turismo masivo, como ha sucedido en las últimas décadas en el litoral mediterráneo peninsular. Naturalmente que la responsabilidad final la tendrán cuantos promotores inviertan en el desarrollo de nuevas infraestructuras alojativas, pero también es cierto que una pluma avisada puede comtribuir a educar en el buen hacer a los futuros hoteleros con la zanahoria de aparecer con más fuerza y mejores argumentos en los medios.

Valga por ello un reconocimiento a esta periodista por el pulcro trabajo acometido en las páginas de El Mercurio. Es señal de que el proyecto de nuestro Hotel de los Sentidos en Valparaíso encontrará sólidos argumentos entre la opinión pública chilena.

El artículo en cuestión puede leerse íntegramente aquí: El Mercurio Domingo.

Y también aquí en su versión impresa, con más calidad visual si cabe: El Mercurio.

Excuso decir que me siento muy halagado, doblemente halagado, por la columna que la autora dedica a mi rúbrica como crítico de hoteles de El País. Aunque lo que de verdad importa aquí es hablar de la noticia y no de su mensajero.

Gracias, Sylvia.

Fernando Gallardo

“Los arquitectos somos traductores de sueños”

martes, agosto 12th, 2008

Entrevista a Jesús Castillo Oli (diario Carrión)


Jesús Castillo OliEl arquitecto Jesús Castillo (Zaragoza, 1966) vive desde hace seis años en la localidad de Canduela, pero su vinculación con la provincia de Palencia se remonta a veinte años atrás, cuando comenzó a trabajar para la Fundación Santa María la Real, con sede en Aguilar de Campoo y entidad a la que sigue unido profesionalmente. Casado y con tres hijos, Castillo ha firmado varios proyectos arquitectónicos, entre ellos la vivienda que diseñó para el crítico hotelero del diario EL PAÍS Fernando Gallardo, denominada ‘La Ruina Habitada’ y admirada entre sus colegas de profesión y en revistas especializadas.
Este restaurador de patrimonio dirige la reforma del establecimiento hostelero El Convento de Santa María de Mave y ha sido contratado para transformar un hotel en Madrid. Abanderado de la arquitectura de los sentidos, en todos sus trabajos busca que los edificios transmitan o emocionen por sí mismos.
JOSE ROJO
Pregunta. ¿Usted descubrió la Montaña Palentina cuando vino a trabajar para la Fundación Santa María la Real?
Respuesta. Durante mi época de estudiante viví en Valladolid y desde allí era muy habitual realizar excursiones a esta tierra como Vidrieros, el Curavacas,… Después, mi trabajo con la Fundación me permitió conocer los pueblos más a fondo a través del estudio de sus iglesias.
P. El caso es que se ha adaptado a la perfección a la zona. ¿Vivir en un lugar pequeño le ayuda en el proceso creativo?
R. Creo que el proceso creativo parte del individuo. Las circunstancias propician el resultado final, son condicionantes, pero no determinantes. A veces se necesita un entorno adverso para desarrollar el fenómeno creativo. El lugar es casual. El mundo no tiene esquinas.… sigue (más…)