“Los arquitectos somos traductores de sueños”

Entrevista a Jesús Castillo Oli (diario Carrión)


Jesús Castillo OliEl arquitecto Jesús Castillo (Zaragoza, 1966) vive desde hace seis años en la localidad de Canduela, pero su vinculación con la provincia de Palencia se remonta a veinte años atrás, cuando comenzó a trabajar para la Fundación Santa María la Real, con sede en Aguilar de Campoo y entidad a la que sigue unido profesionalmente. Casado y con tres hijos, Castillo ha firmado varios proyectos arquitectónicos, entre ellos la vivienda que diseñó para el crítico hotelero del diario EL PAÍS Fernando Gallardo, denominada ‘La Ruina Habitada’ y admirada entre sus colegas de profesión y en revistas especializadas.
Este restaurador de patrimonio dirige la reforma del establecimiento hostelero El Convento de Santa María de Mave y ha sido contratado para transformar un hotel en Madrid. Abanderado de la arquitectura de los sentidos, en todos sus trabajos busca que los edificios transmitan o emocionen por sí mismos.
JOSE ROJO
Pregunta. ¿Usted descubrió la Montaña Palentina cuando vino a trabajar para la Fundación Santa María la Real?
Respuesta. Durante mi época de estudiante viví en Valladolid y desde allí era muy habitual realizar excursiones a esta tierra como Vidrieros, el Curavacas,… Después, mi trabajo con la Fundación me permitió conocer los pueblos más a fondo a través del estudio de sus iglesias.
P. El caso es que se ha adaptado a la perfección a la zona. ¿Vivir en un lugar pequeño le ayuda en el proceso creativo?
R. Creo que el proceso creativo parte del individuo. Las circunstancias propician el resultado final, son condicionantes, pero no determinantes. A veces se necesita un entorno adverso para desarrollar el fenómeno creativo. El lugar es casual. El mundo no tiene esquinas.… sigue Cualquier pequeño espacio es tan válido para acceder a cualquier parte si las comunicaciones son las adecuadas. Desde mi pequeño pueblo tardo 5 minutos en acudir a mi trabajo; no invierto tiempo perdido en atascos que me lleven hasta el lugar de trabajo. La eficacia se multiplica. Eso sí, hay que estar en disposición de viajar.
P. ¿Y no le corta las alas para volar más alto?
R. El techo del planeta está en los sitios más recónditos. Hoy la distancia de las cosas las marcan las comunicaciones. Hablar de comunicaciones hoy es hablar de la red (Internet) y en ese sentido los límites no están en el espacio, sino en la persona. Utilizar el sitio de trabajo como cortapisa para el desarrollo profesional sería justificarse por otras carencias.
P. Profesionalmente sigue vinculado a la Fundación Santa María la Real. ¿Un arquitecto puede dar rienda suelta a su creatividad en la restauración del patrimonio?
R. La vida exige dar rienda suelta a la creatividad, en cualquier ámbito. La restauración necesita una visión científica que valide los criterios de intervención y las soluciones a emplear en el proceso, pero eso no es suficiente. Después está la aplicación de esa teoría. Muchos de estos resultados positivos, muchos conceptos correctos desde la teoría fracasan en su ejecución debido a aspectos matéricos en su ejecución. Existe una línea entre el mundo de las ideas y la realidad. Es necesario desarrollar una sensibilidad especial para trabajar en restauración. El método científico es necesario, pero no suficiente. En muchos casos, la restauración del patrimonio exige recurrir a la capacidad creativa del arquitecto. No se puede desvincular arquitectura y restauración. La restauración de la arquitectura es arquitectura y, por tanto, exige desarrollar la disciplina con todas sus consecuencias. El arquitecto no puede dejar de ser arquitecto supeditado a los años que tenga el edifico donde interviene. Lo fácil es intervenir en el patrimonio cuando sólo hay que desarrollar labores de conservación; la ciencia soluciona los problemas. Pero a veces hay que intervenir y es en estos casos donde recurrimos a la sensibilidad del profesional y en muchas ocasiones hay que valerse de recursos compositivos nuevos, materiales importados de otras disciplinas, conceptos novedosos,… y entonces la polémica está asegurada.
Cualquier intervención no está exenta de riesgo debido a la calidad de lo que podíamos definir como materia prima, pero, por otro lado, debemos tener espíritu innovador y capacidad creativa. Alcanzar el equilibrio significa arriesgar lo necesario y tener la cautela suficiente de quien está trabajando con un objeto delicado que en cualquier momento se puede romper.
P. ¿Intervenir en el arte románico le inspira en sus trabajos más personales?
R. Hace unos días participé en un seminario internacional titulado ‘El arte románico como inspiración de la creatividad contemporánea’ y comencé mi ponencia cuestionando la necesidad de una fuente de inspiración para el arte. El arte surge de manera espontánea, cuando encuentra el campo de cultivo apropiado, pero lo cierto es que las referencias están ahí y cualquiera puede entender que todas las artes son el resultado de un recorrido, de una búsqueda… Las tendencias exploran nuevas vías, pero esas vías son el resultado de las anteriores vanguardias. Las escaleras se suben peldaño a peldaño. Necesitas una fuente artística en vigor para ser transgredida. Le creación es rebelde, por eso una fuente de inspiración tan noble, sobria y equilibrada puede servir como catalizador que evite la excentricidad en una disciplina tan enemiga de vanalidades como es la arquitectura.
P. ¿Qué sello particular imprime Jesús Castillo a sus proyectos?
R. No sé si existe un sello propio. La arquitectura siempre ha necesitado relacionarse con elementos ajenos a sí misma; es el arte más social, no se puede practicar desde la soledad del artista como puede ocurrir con otras artes, como, por ejemplo, la pintura… Para ejercer la arquitectura se necesita establecer vínculos con otros profesionales y con otras personas para desarrollar el proceso, personas que habitualmente no están familiarizadas con la profesión. Por tanto, es necesario todo un proceso de adaptación a las necesidades concretas de cada proyecto, con cada persona y en cada momento.
Creo que una labor muy importante del arquitecto es escuchar. Normalmente nuestro trabajo comienza escuchando las necesidades de otra persona, el promotor; es muy importante conocer todos sus objetivos, sus inquietudes,… En última instancia los arquitectos somos los encargados de desarrollar las ideas de quien quiere impulsar una iniciativa… Dicho de otra manera, somos traductores de sueños.
P. ‘La Ruina Habitada’, la vivienda que diseñó en Porquera de los Infantes para el crítico hotelero Fernando Gallardo, sigue causando expectación entre sus colegas. ¿Qué simboliza este edificio?
R. Por un lado, el edificio supone la confianza que ha depositado el promotor sobre el arquitecto. A la hora de desarrollar una obra son fundamentales tres patas: el promotor, el constructor y el arquitecto; si falla una de esas patas la silla se cae. El promotor, Fernando, apostó y depositó toda su confianza en el arquitecto, en mí.
Como obra ejecutada, se ha explorado en un nuevo campo de intervención sobre el patrimonio. No estamos restaurando, no estamos rehabilitando,…, sino que estamos dialogando, conviviendo con una ruina.
Arquitectónicamente, hemos conseguido llegar hasta el final del proyecto, diseñando todo. Y, luego, me parece importante que se haya explorado un nuevo concepto de intervención sobre un edificio existente.
P. Incluso ha creado el concepto de ‘loft’ rural…
R. Esto viene de la mano de quien promueve la obra. Los arquitectos no deberíamos hacer nuestra casa, sino la de las personas que van a vivir en ellas. Fernando tiene una amplia cultura arquitectónica y en lugar de tener unas necesidades de propio uso y funcionamiento, tenía una necesidad espiritual. Esta vivienda fue una búsqueda, un experimento, y una fórmula compositiva recurrente era el espacio abierto del ‘loft’. Eso unido a un edificio medio industrial en el ámbito agrario podía funcionar. Y fue lo que hicimos.
P. ¿Hay pocos promotores que den plena libertad al arquitecto para desarrollar su creatividad?
R. Sí, aunque afortunadamente estoy conociendo a más gente que deposita su confianza en mí y quizás sea por el ejemplo demostrativo. No es habitual encontrar a alguien como Fernando.
No obstante, el promotor no debe eludir sus responsabilidades. Yo creo que debe existir una complicidad entre el arquitecto y el promotor.
La mayor satisfacción de ‘La Ruina’ es que cada vez que alguien visita la vivienda reconoce en ella la casa de Fernando.
P. ‘La Ruina’ se ha convertido en un atractivo turístico y también en lugar de celebración de las Jornadas sobre la Arquitectura de los Sentidos, promovidas por Gallardo. ¿Es en sí mismo un edificio de sentidos?
R. Sin duda. Recientemente he visto un edificio que es un buen ejercicio de arquitectura, pero no me ha emocionado. El promotor de ‘La Ruina’ no quería una vivienda convencional, sino una casa estimulante donde la percepción sensorial estuviese en todo momento presente. No tenía que ser un edificio bonito. Era un experimento y como tal tenía que transmitir mucho.
Yo quería, además, que la casa tuviera muchas lecturas e intenté que la vivienda respirase esa esencia de la arquitectura de los sentidos.
P. Utilizando un símil taurino: con este edificio ha conseguido abrir la puerta grande a otros encargos.
R. Me ha servido para mostrar ideas realizables. Recuerdo que cuando estábamos haciendo la casa había mucha incredulidad por parte de los propios constructores. Por ejemplo, nadie creía que una ducha pudiera funcionar a 6 metros de altura. Había un escepticismo total. Sin embargo, cuando la obra se acabó, todos estaban encantados con haber participado en ese proyecto de arquitectura.
P. ¿Gallardo se ha convertido en una de sus fuentes?
R. No lo llamaría fuente. La experiencia que hemos tenido ha sido fructífera; nos hemos conocido muchísimo y esa relación de trabajo ha acabado en amistad. Coincidimos en muchas cosas y tenemos muchísima complicidad. Yo le llamo irónicamente Lorenzo por Lorenzo de Médici, porque se convierte en el mecenas perfecto. Es un amante del arte y de la arquitectura, que quiere hacer cosas y que valora la figura del arquitecto como creador y no como persona supeditada al mercado.
Cuando la obra se hace bien, las aportaciones de todo el mundo que intervienen en el proyecto son a sumar.
P. Como responsable de la reforma de El Convento de Santa María de Mave, ¿qué intenta demostrar con esta restauración?
R. El edificio es magnífico: un monasterio benedictino con una de las mejores iglesias románicas y con carácter más monumental de la zona. Es, por otro lado, un sitio con un nivel de cocina muy elevado.
El edificio con el tiempo no ha ido creciendo al igual que su cocina, sino que ha ido perdiendo las cualidades originales.
Con esta actuación se pretende posicionar el hotel a la misma altura que la cocina, un nivel que exige el cliente. Intentamos despojar al edificio de los añadidos que se han ido incorporando a lo largo del tiempo y que lo único que han hecho ha sido ocultar la gran obra de arquitectura que es este monasterio. En resumen, pretendemos poner en valor lo que existía.
P. En sus proyectos utiliza casi siempre piedra y acero. ¿Eso viene determinado por el enclave donde vive?
R. El material no condiciona la obra, pero la obra sí condiciona el material. El empleo del acero funciona muy bien con la restauración.
Cada proyecto exige su propio lenguaje y sus materiales.
P. ¿En qué trabajos está metido en estos momentos?
R. Un proyecto inmediato es la rehabilitación de un hotel cerca del parque del Retiro de Madrid. Estamos explorando dentro del ámbito de la habitación, cuya tipología clásica desaparece. El concepto está muy vinculado al mundo de los sentidos. Será un hotel tremendamente sensorial.
En Pomar estamos desarrollando otro proyecto que propone nuevas vías de intervención sobre un edificio existente.
Y, por supuesto, sigo inmerso en las restauraciones del Plan Románico Norte.
P. ¿Qué edificio palentino le hubiese gustado firmar?
R. El edificio palentino que me gustaría firmar es el que todavía no me han encargado.
P. ¿A qué aspira como arquitecto?
R. A seguir disfrutando con el trabajo que desarrollo a diario y encontrarme con clientes que piensen lo mismo.
P. ¿Qué opina del estilo arquitectónico que se está imprimiendo a los nuevas construcciones de la capital palentina o de los pueblos de la provincia?
R. Yo distinguiría entre arquitectura y construcción. Desgraciadamente en nuestras ciudades se ve más construcción que arquitectura. Echo en falta más audacia e ilusión entre mis colegas. Entiendo también que es un mundo difícil, un recorrido muy largo y un camino muy lento alcanzar resultados por la vía de la arquitectura que hacerlo por la promoción directa. Personalísimo
“Me define la capacidad de apasionarme”
Signo del horóscopo… Acuario.
Vicio confesable… Mi trabajo.
Película para recordar… ‘Casablanca’.
Actor… Humphrey Bogart.
Actriz… Uma Thurman.
Animal… El pegaso
Color… El apropiado.
Libro predilecto… ‘Rayuela’.
Coche que tiene… Un BMW.
En cuestión de cocina se muere por… La buena cocina.
La canción que le levanta el ánimo se titula… Depende del momento.
En su relación con las personas no soporta… La falta de ilusión.
Por el contrario, valora… La capacidad de emocionarse.
Siente envidia sana por… Quien consigue lo que se propone.
Rasgo que le define… La capacidad de apasionarme.
Su gran defecto… La perseverancia excesiva.
Su mejor sueño… Cumplirlo.
Cuando le presentan a una persona se fija en… Olvidar de inmediato su nombre.
Añora… Algunos ratos de soledad y el recuerdo del tiempo que discurría pausado…
los sábados por la noche disfruta… Disfruto.
El rincón favorito de su casa es… Mi familia.
De Palencia no aguanta… Como de ningún lugar, la falta de visión.
Y lo que más le gusta de los palentinos es… Su buen carácter.

One Response to ““Los arquitectos somos traductores de sueños””

  1. Bajo mi punto de vista es imprescindible que los profesionales puedan disfrutar de su trabajo y realizar aquello en lo que creen. Eso hace que el trabajo tenga sentido. No concibo que sea de otra manera si uno quiere estar bien con su yo mas íntimo. Creo que es el caso de Jesús Castillo y es todavía privilegio de pocos. Como él dice, lo que no aguanta es la falta de visión. Estoy totalmente de acuerdo. Queda todavía un largo camino para romper con con este anquilosamiento.

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