La cultura vudú está reñida con el progreso, sostiene Eduard Punset en un reciente artículo sobre los fundamentos del desastre en Haití. Se tiende a responsabilizar a las multinacionales y a los Estados Unidos del desorden reinante en el Tercer Mundo, y muy especialmente en este país caribeño desde que asumiera su carta de independencia, en 1804. La culpa, sin embargo, apunta hacia otros factores más profundos, como es el grado de incultura en que ha vivido la sociedad haitiana y la lisérgica religión que practica, el vudú, importado de la costa africana.
Hace años visité su cuna, Portonovo, en el litoral esclavista de Benin. Ahí se me cayeron repentinamente todos los principios de buenismo humano que llevaba en el equipaje de mi educación burguesa europea y comprendí que el verdadero opio del pueblo es la falta de educación, la indolencia ante la desgracia, la humildad frente a las injusticias y el pertinaz abrazo al dogmatismo en que caen las sociedades atrasadas.
Hará falta reformar desde cero los sistemas de enseñanza; introducir desde la infancia más tierna el aprendizaje social y emocional; (más…)