Archive for noviembre, 2008

La boina castellana de AEDAVE

sábado, noviembre 29th, 2008

Imaginemos que un hotel ubicado en la Ribera del Duero recibe a un grupo de viajeros procedentes del Priorato. Obsequiosamente les dispensa un buen trato, les ofrece sus mejores habitaciones y, para cenar, les agasaja con una botella de 7 Lunas, que es mi vino de diario favorito de las bodegas Campos Góticos. Hasta aquí, nada de extraordinario.

Imaginemos entonces que un hotel ubicado en el Priorato, con algunas de sus habitaciones vacías, pone el grito en el cielo por el hecho de que estas buenas gentes priorales se hayan ido de excursión por tierras castellanas en lugar de hospedarse cerca de casa. Y no contento su gerente o propietario con ello presenta una reclamación ante la autoridad competente para obligar a introducir en las adjudicaciones y concursos de instituciones y organismos autonómicos y locales un “criterio corrector que prime a las empresas turísticas y agencias de la zona”.

¿Insólito? Qué va… Acaba de suceder y tiene todas las connotaciones de ese nacionalismo cerval que persigue a los ineptos para competir en los mercados globales. En un hervor patriótico de vieja hidalguía castellana, la presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes Españolas AEDAVE en Castilla y León se ha quejado de que la Consejería de Cultura y Turismo haya contratado para un evento a una agencia no radicada en esta región. Mari Cruz Pérez Valdivieso, muy chovinista ella, exige que las empresas regionales puedan licitar con ventaja en los concursos oficiales, a pesar de que las leyes estén hechas para todos igual, como si la cosa no fuera con ella.

La broma trasciende lo cateto y se significa especialmente en un territorio supuestamente agraviado por los desplantes nacionalistas de esta España nuestra tan sufrida para algunos como sobrada para otros. Los hoteles castellanos y leoneses, más que ninguno otro, deberían responder con una llamada a la globalización e instar a la Administración autonómica a hacer oídos sordos ante la boutade de AEDAVE, no fuera a ser que los tarraconenses acordaran con la señora Pérez Valdivieso una “prima” por quedarse en casa y dejar a los hoteles de Castilla y León únicamente para los viajeros castellanos y leoneses. Otras campañas de estigmatización nacionalista ya hemos visto en tiempos no tan lejanos.

¿Qué tendrá la globalización para algunos que los incita a salir a la calle con boina?

Fernando Gallardo

La prescripción de hoteles

jueves, noviembre 20th, 2008

Como todo el mundo sabe, mi oficio es ser prescriptor. Informador, sí. Crítico, también. Pero, en esencia, prescriptor. La prescripción de hoteles trasciende el papel del informador y el del crítico. Se escinde de la ecuánime función del juez. Y, sin llegar a ser parte, adopta un compromiso hacia el adepto que lo convierte en su facultativo personal. El comunicador facultado por el lector para recomendar.

Como todo el mundo sabe, mi oficio nace en la información, se proyecta en la comunicación y sedimenta en la recomendación personal. Prescribo sobre hoteles, dicen. Por lo cual de un tiempo a esta parte soy invitado pintoresco en foros, congresos, conferencias y aulas universitarias para hablar de mí. O de mi oficio, más concretamente.

Como algunos saben, no es esa mi vocación ni siquiera mi devoción por la docencia. Pero acepto sin mucho fervor por lo que de mi experiencia y conocimientos puedan extraer los demás en su devenir profesional o empresarial. Ésta es la razón motriz de mis convocatorias a las Jornadas de Arquitectura de los Sentidos en La Ruina Habitada y de la existencia de este Foro de la Ruina en el que convivimos. Sin embargo, me conmuevo cuando la invitación a disertar sobre mi oficio de prescriptor, más que el de escribidor, surge de instituciones académicas. Me enfervorizo cuando el auditorio se llena de jóvenes discentes prestos a escucharme y, probablemente, tomar buena nota de la técnica que utilizo en mis juicios críticos y recomendaciones de los hoteles que tienen futuro en nuestro panorama inmediato. Me encanta observar en las aulas y salones espirituales cómo las palabras no se disuelven en el aire, sino que germinan con la tinta que se escriben los apuntes.

Como algunos ciertamente saben, el privilegio de recomendar solo es sostenible cuando se empareja a la exigencia de conocer. Y en ello me desempeño a diario cuando testeo y escribo sobre los hoteles que me gustan. Nunca con la objetividad robotizada de los manuales del perfecto mistery guest, sino con el alma que le pongo a la tarea y el capricho de mis sentimientos personales, fruto de la escrutación que me permite el uso de todos mis sentidos. No es cuestión de ser un dios, sino un amigo. No de ser el padre, sino el hijo.

Como nadie sabe, hace unos días pude disfrutar en la localidad palentina de Aguilar de Campoo, próxima a La Ruina Habitada, de una romántica exposición de mi pensar y ejercer en el discurso de apertura del año docente en la Universidad Nacional a Distancia (UNED), invitado por el nuevo director del centro, Juan de Dios Casquero. El Norte de Castilla le ha dedicado este artículo.

Como nadie sabe, aunque lo suponga, diserté sobre hoteles.

Fernando Gallardo

Un sonido con sentido

lunes, noviembre 17th, 2008

Recién aterrizado desde Kioto, me uno a la pléyade de amigos que contribuyen a la viveza de ideas y debate de tendencias objeto de este Foro de la Ruina. Hay varios aspectos de lo vivido en mi viaje por Japón que iré desgranando en los próximos días, por aquello de no quedarme para mí lo que puede morar en todos. En adelante no espero alcanzar el cielo: vuelvo de él a través de este viaje a los sentidos que es siempre el país del Sol Naciente.

Aparta de mí este jet-lag, padre. Leo la última aportación hecha por Rafael Moreno en su comentario a la apología musical del pianista Glenn Gould, que fechas atrás realizó con mucha dulzura, nuestra pintora de cámara, Amaya Espinoza. Por cierto, ¿alguien ha entrado en su web? No estaría de más para saber de qué estamos hablando: www.amayaespinoza.com. Pues bien, como dice nuestro interlocutor de Bancotel, «un Hotel de los Sentidos debe empezar a escucharse incluso antes de que exista y una vez que sea una realidad. Microsoft, cada vez que crea un programa (XP, Vista…) crea una minimelodía de apertura que suena cada vez que se abre un ordenador en el planeta.»

El miércoles pasado visité nuevamente el castillo de Nijo, en el centro de Kioto. Espectaculares sus jardines, encendidos de rojo otoñal, y sus embalses que mecían a las flores de loto dormidas en su superficie. Recorrí con la vista la geometría perfecta de sus parterres secos, la linealidad de la arena a través del pulso sereno de quienes gobiernan sus rastrillos, evocación del orden interno y externo del universo. Visité el interior de sus dependencias por sentir de nuevo el valor de la penumbra, el jeroglífico vivificante de sus shogi (paneles reticulares en papel de arroz), la placidez inmarcesible de las pinturas que los artistas de la escula de Kano legaron a la posteridad por encargo el shogun de turno, el estatismo visual del exterior enmarcado por el interior en ese espacio indefinido de la arquitectura nipona que es el engawa… Pero regresé, más que nada, por escuchar el sonido de sus pavimentos de madera alrededor de los tatamis interiores. Un verdadero elogio a la música de la arquitectura.

Sí, mucho antes de que naciera Gould, los arquitectos del shogun interpretaron el piso no solamente como una base grata donde pisar, sino como un artilugio discreto y elegante para avisar a la corte de que alguien se aproximaba a los aposentos imperiales, a fin de tomar las medidas convenientes. Ya fuera el enemigo o el paso de una joven doncella, nadie quedaba así exculpado de su sordera al detectar la presencia de algo ajeno al dueño del lugar. El sistema acústico se conocía por el nombre de pavimento de ruiseñor, pues al pisar los diferentes tablones que armaban el suelo producía un soñido alegre y refinado que recordaba el canto de los ruiseñores, tanto de día como de noche.

Qué avanzados nos creemos en esto de la Arquitectura de los Sentidos, cuando hace milenios que el hombre -algunos hombres- ha sentido la arquitectura como un bello poema musical con trascendencia, arte y utilidad.

Otra arquitecta de nuestro Foro, la portuguesa Sara Silva Natária, estuvo hace un tiempo gestionando la Casa da Música, en Oporto. Allí, según me dijo, se ha experimentado igualmente con pavimentos musicales para devolver a la naturaleza lo que ella misma engendra: el sonido. Nosotros, los seres humanos, le ponemos la música.

Natural y humanamente, el Hotel de los Sentidos que estamos diseñando sonará a música en sus suelos, en sus paredes, en sus techos y aún en esa zona insondable todavía de su arquitectura que nos provocará otro elogio de sus luces y sombras.

Fernando Gallardo

Dicen que la crisis hunde al sector hotelero

miércoles, noviembre 12th, 2008

Hoy, desde el Lejano Oriente, no me puedo sustraer a una noticia que gracias al milagro Internet he leído en el diario español Expansión. Cunde la alarma en el sector hotelero internacional porque las ventas del pasado trimestre se han desplomado de manera escandalosa. Las grandes cadenas son las que máas lo notan, y el turismo vacacional sobre el urbano.

Para quien ya ha cruzado el desierto de varias crisis económicas todo suena ya a un déjà vu. Desde que la Humanidad abandonó la cueva y se puso a sembrar ha habido momentos críticos que harían sonrojar a los agoreros de hoy. De modo que algunos ya estamos curados. ¿Es, pues, diferente este bajón económico de los anteriores? El tiempo lo dirá.

Un análisis de las anteriores crisis nos enseña que la forma más rápida de remontar la corriente es mediante el esfuerzo y la imaginación. Si alguien tiene otra propuesta más iluminada, que lo diga. Esfuerzo e imaginación son las claves que sustancian los debates de este Foro de la Ruina, de modo que si tú, lector y partícipe, te quedas seco sin saber qué escribir aquí -siempre que seas un lector asiduo, claro está- es que estás en crisis. Y, a partir de ahora, sólo irás a peor. Si piensas que tienes la pócima mágica y no se la quieres revelar a nadie para beneficiarte tú de ella, esta crisis te matará.

A mí no me cabe ya la menor duda de que la situación económica actual se saldará con innumerables víctimas hoteleras. Como tampoco que la tabla de salvación será la reflexión sobre los hoteles que tenemos y cómo, mediante estrategias comunes, el océano rojo de la competencia sin sentido se tornará un océano azul de competidores basados en la diferenciación personal y no en la apropiación a cuchillazos de la clientela ajena.

Lo he subrayado varias veces: no compitas por ser mejor, compite por ser diferente.

Fernando Gallardo, con la postdata de lo publicado hoy en Expansión:

El fuerte recorte de gastos de las empresas hunde el sector hotelero

Publicado el 11-11-2008 , por Y. Blanco

El fuerte recorte de gastos acometido por las empresas para intentar contener la caída de sus resultados amenaza con paralizar un sector hotelero debilitado tras una floja temporada de verano. Las cadenas que operan en el segmento urbano y vacacional han visto cómo se esfuma la posibilidad de que el frenazo registrado en el turismo de ocio se compensara con el de negocios, mientras que las puramente urbanas ha girado hacia una política conservadora y han congelado sus movimientos en el tablero.

La última muestra de que el sector hotelero no es inmune a la crisis económica han sido los resultados de Sol Meliá, primera cadena española por habitaciones, al cierre del tercer trimestre. La compañía controlada por la familia Escarrer ganó, hasta septiembre, un 41,7% menos (de 137,1 millones pasó a 80 millones) frente al mismo periodo de 2007. 

Retroceso 
Los ingresos cayeron un 3%, hasta 991,7 millones de euros, mientras que el ebitda (resultado bruto de explotación) decreció un 18,6%, hasta 220,8 millones, frente a los 271,4 de septiembre de 2007. 

Sol Meliá alega que el retroceso, que se mantiene en línea respecto al segundo semestre del año, en el que beneficio neto cayó un 41,1%, se debe a factores como la caída de las reservas del mercado británico y el español durante el verano o la ausencia de plusvalías por la venta de activos debido a la restricciones de acceso a la financiación. 

Las buenas noticias llegaron del parqué, donde Sol Meliá logró colarse en el top ten de empresas más alcistas, al incrementar el valor de sus títulos un 1,05%, hasta 3,85 euros, debido a que sus resultados superaron ligeramente las previsiones de los analistas. No obstante, el valor de sus títulos ha caído un 63,05% en lo que va de año, por encima del índice (con un 41,36%) y a la par que su rival, la también cotizada, NH Hoteles, que cerró el tercer trimestre con una caída del beneficio del 63,1% y cuya cotización ha retrocedido un 56,97% en 2008, hasta 5,25 euros. 

En adelante, se impone la mesura. NH ya ha cerrado el grifo a la inversión y Sol Meliá admite el impacto en sus cuentas de la disminución de los viajes de negocios, que prevé continúe en 2009. En Latinoamérica, “la ralentización de la demanda de los mercados de EEUU y México, y las reservas de última hora podrían afectar a la rentabilidad de la gestión en la región”. 

La firma mantiene el recorte a la inversión que había previsto para este año de 300 millones a 200 millones, la rebaja a 100 millones para 2009 y previene de que, “para 2010, todo dependerá de lo que suceda el año próximo”. 

Reforma aplazada 
La preocupación cunde en todo el sector y ayer, durante la presentación de la Semana Mundial de la Iniciativa Emprendedora, organizada por el IESE, Ernst & Young y Junior Achievement, el presidente de AC Hotels, Antonio Catalán, desveló que “hemos sufrido bajadas del 10% en septiembre, octubre y noviembre” y añadió que “se acabó la fiesta en España”. Mientras, el Grupo Barceló advierte que “2009 es una incógnita” y que no está teniendo problemas para conseguir financiación, “aunque más cara”. 

En el plano internacional, InterContinental, la mayor hotelera del mundo por número de habitaciones, ha dado la voz de alarma. La cadena británica aumentó su beneficio un 14%, hasta 150 millones de dólares (117 millones de euros), pero constató “un importante deterioro en octubre” y prevé “un difícil 2009”, informa hoy Financial Times. Por su parte, Orient Express ha aplazado el cierre por reformas que había previsto para el hotel Ritz de Madrid a finales de año, debido “al panorama económico actual”. 

Perdido en liturgias

jueves, noviembre 6th, 2008

¿Qué pensarán de nosotros los japoneses cuando aterrizan en España?, me inquirió esta tarde mi acompañante asombrado de cómo lo agasajaban por un simple güisquito en el penthouse del Park Hyatt Hotel, en Tokio.

– Pues que somos unos salvajes, le respondí sin pensármelo dos veces.

Obviamente no tenemos en España ningún hotelazo de talla parecida a éste de la película Lost in translation, donde Bill Murray comenzaba su viaje con una sátira al modus vivendi japonés y cayó luego rendido a los encantos de ella y de su extraordinaria civilización. La vista desde el ático nos entregaba toda la ciudad a los pies. Pero, lejos de sentirnos dueños del mundo, la otra vista -de unas camareras amables y ceremoniosas como geishas- nos ha empequeñecido hasta pensar que éramos nosotros sus seguros servidores, como se decía antes en el país de la carpetovetonia.

¡Qué liturgia en la terraza! ¡Cuánta mística en el recibimiento! Hartos detalles conceptuales, como el mantenimiento de un vaso de agua fresca en la mesa, unas flores en pequeñas dosis, la música en el tono adecuado, una pulcritud extrema, buena conversación y hasta la humilde factura servida en una carpeta delicada para el recuerdo del huésped…

No habría palabras suficientes en el diccionario para definir la experiencia. ¿Exquisitez? Eso suena pretencioso. ¿Delicadeza? Suena muy cultural. ¿Dulzura? Empalagoso por demás. ¿Obsecuencia? Tal vez demasiado poético. ¿Encanto? Muy manido y no tan superlativo. ¿Hospitalidad? Qué menos en un hotel.

Servicio. Para qué emplear más eufemismos si lo que buscamos, en definitiva, es una atención que nos llegue al alma. Un arte en el recibir. Un rito en la secuencia de la estancia. Una abstracción ceremonial, la percepción de que uno es lo importante. Ya sea en el lujoso Park Hyatt o en cualquier humilde posada de la geografía peninsular, que el buen trato no cuesta dinero. ¿O es que sólo vamos a exigir servicio del bueno a quienes tienen los ojos rasgados?

 Sí, hablo otra vez, aquí en Japón, de esa consabida liturgia de la bienvenida.

Fernando Gallardo

Mi ósmosis con Japón

lunes, noviembre 3rd, 2008

Japón es una escuela para los sentidos. Es el motivo que me lleva hasta allí esta semana. Unos pocos días en Tokio, que siempre ofrece alguna novedad reseñable: los últimos edificios-tienda diseñados por SANAA, Toyo Ito, Herzog & De Meuron… Una escala posterior en Kanazawa, en la costa norte de Honshū, cuyo Museo de Arte Contemporáneo del siglo XXI se va a convertir en la referencia de los centros culturales de última generación. El edificio, proyectado por el dúo Kazuyo Sejima + Ryue Nishizawa, carece de fachada reconocible al ser un círculo descompuesto que ofrece múltiples caras al observador. Algunos juegos visuales van más allá de lo recreativo y se plantean como trampantojos o guiños espaciales. Véase la imagen superior, que nos muestra la instalación del creador argentino Leandro Erlich: una piscina falsa con diferentes planos de visión, se mire desde arriba o desde abajo.

El viaje continuará a Koyasan, lugar pletórico de santuarios budistas y uno de los centros espirituales zen de Japón. Allí dormiremos en un templo sin más confort que el saberse un ente espiritual en este mundo crítico. Será toda una experiencia. Si de allí no salimos fortalecidos en la percepción de los sentidos es que no existe Buda.

Como es de rigor, la última semana significará el retorno a esa casa nuestra que es Kioto. Una ciudad inexistente. O, mejor dicho, la ciudad anónima. Informe. Kioto se descubre en sus pequeñas entradas, en sus accesos iniciáticos, en sus engawas recoletos, en la pequeñas cosas de la cotidianidad. Inimaginable un Gehry, un Calatrava por aquellos lares. Sólo Tadao Ando y los múltiples elogios de la sombra que se proponen en sus tiendecitas incógnitas, en sus restaurantitos de pulcro diseño, en sus galerías de arte minimalista (por la galería y por lo expuesto), en los templetes sintoístas que se serían como fractales en un monte sin énfasis geográfico.

Claro que sí. Volveremos al Templo de las Mil Puertas, al sur de la ciudad. Y, cuando alcancemos la cumbre, que no será antes del crepúsculo, cuando el arrebol celeste se diluya en ese otro arrebol de las hojas de arce en otoño, nos quedará más claro que nunca el axioma iniciático de los sentidos.

La arquitectura de los sentidos es aquella que se siente por ósmosis. Y nada más.

Fernando Gallardo