Hablar de idiomas, de Internet, de derechos digitales o de condohoteles puede llegar a aburrir. Por tanto, intentaré hablar de inquietudes, las nuestras. Las inquietudes que en este Foro, en Jávea y en la propia Ruina Habitada se empezaron a captar. Porque Jávea ha sido la espoleta de muchas cosas, efectivamente. De la asunción plena del fenómeno Facebook como CRM de nuestras pequeñas explotaciones. De la eclosión teórica de un movimiento aterritorial totalmente de y para profesionales que puede cambiar muchas cosas en el panorama turístico. Porque si bien en el aspecto formal y arquitectónico -esto es, la Arquitectura de los Sentidos- los artífices y máximos ideólogos son Fernando Gallardo, Jesús Castillo Oli y Judit Planella existió otro encuentro de hoteleros.
Y se dio en un aspecto más de batalla, más de día a día. En esa parte jurídico administrativa donde muchos hoteleros no nos sentimos cómodos porque no es nuestro campo. Pero que desde nuestro sentido común vemos más cosas que muchos políticos y directivos de asociaciones de casas rurales desde sus mullidos despachos, sus atalayas inconscientes de una realidad cambiante -la española- muy diferente a la reflejada en esos farragosos reglamentos hechos tras la Transición Española, elaborados la mayoría por técnicos no hoteleros muy alejados de las necesidades actuales de nuestro sector, el de los hoteles rurales.
El hecho de pertenecer a un Foro de estas características nos permite hablar con gente de toda España. Es una suerte y un privilegio que nunca podremos agradecer lo suficiente. Desde el día que entramos en la Ruina Habitada, todos hemos podido entrar en contacto con empresarios de todas las Comunidades Autónomas, cada uno con sus fortalezas, con sus particularidades y debilidades. Todos con una idea fija en la cabeza: mejorar nuestro producto, satisfacer el cliente.
Eso de entrada. Pero casi todos los que se han llegado a sondear -con una idea en la cabeza, con matices en algunos casos- confiesan lo mismo: que las Administraciones públicas no ayudan en demasía al sector. Eso quedó muy claro. No nos referíamos a las generosas subvenciones europeas para edificar el hotelito de nuestros sueños, sino en el día a día, en la lucha continua, el fragor por conseguir más clientes nuevos. Aquí nos sentimos, quizás, un tanto desamparados. En Jávea también se pudo llegar a otras conclusiones, muy jugosas todas ellas. Todos estamos de acuerdo en que las múltiples marcas rurales existentes en España lastran nuestra comercialización como destino.
La gran mayoría también opinamos que hace falta una mayor implicación de las autoridades en la promoción internacional de lo que llamaríamos el Turismo Rural Español. Queremos extranjeros entre semana, pero no sabemos muy bien cómo. Porque hubieron dos Jáveas, si se me permite. Una, la oficial, dedicada a la comercialización de nuestros establecimientos. La otra, la emocional, aquella que se dio entre nosotros. Tan solo por las cosas que pudimos escuchar en la corta distancia ya valió la pena ir a la bella ciudad levantina. Para mi relativa sorpresa, valencianos, catalanes, vascos, gallegos, castellanos, leoneses, riojanos, andaluces, extremeños, astures, cántabros, canarios y algún que otro mallorquín perdido coincidimos en que algo debemos cambiar en el ordenamiento jurídico de nuestro país antes de que éste nos haga cerrar nuestros hoteles.
Ordenación, promoción, líneas de apoyo a las Nuevas Tecnologías… Pero, ¿acaso esto debiera salir de la Administración? No, pienso que no. Sencillamente, la Administración se ha quedado sin interlocutores válidos y representativos. No hay asociaciones a nivel nacional que sean representativas en cuanto a nuestro producto se refiere. Lo más aglutinador que hay son las marcas de calidad existentes hoy en el mercado. Seamos pues nosotros quienes podamos trasladar nuestras inquietudes a la Administración central. Hagamos un «corpus», un decálogo de lo que queremos. Sería brillante que una de las primeras acciones prácticas de lo que se quiere hacer fuere la modernización de nuestro sector. Brillante, y necesario. Nos jugamos demasiado.
Bernat Jofre i Bonet, hotel Son Esteve
Hace ya unas semanas que le estoy dando vueltas a cómo reformar mi website. No en su aspecto formal, sino en sus contenidos. Reformarla será uno de los primeros ejemplos prácticos del espíritu de Jávea. La verdad es que no tenía intención de renovar mi aparador al mundo -alabado por mucha gente por su originalidad conceptual, ¿por qué cambiar?-, tan sólo traducir la página a dos o tres idiomas más, y listos. Pero cuando alguien te dice que la originalidad puede ser ineficaz… uno debe reaccionar.
Al redactar los nuevos textos, se pone especial énfasis el nuevo camino hacia los sentidos que emprende la finca de la mano del arquitecto Jesús Castillo Oli. Las fotografías de esas bellas sinfonías arquitectónicas que estamos construyendo ahora mismo en un mes estarán listas. No obstante, mi intención va más allá que hacer una sencilla renovación de website. Intentaré llevar a la práctica algo que Ignacio Sánchez Rubio lanzó en la última tarde de Jávea. La idea es reunir en un apartado de la website los banners de los hoteles que integramos el Foro de la Ruina Habitada. Mis hoteles amigos, o algo por el estilo. Es decir, ese corpus hotelero que hay en toda España que pudiere tener el mismo público objetivo que Son Esteve. Debidamente segmentados por nichos, no por zonas.
Siempre he creído que se hace país mostrando todas sus bellezas, no por regiones como hasta ahora. Los que lo deseéis, podéis contactar conmigo escribiendo a info@sonesteve.com. El plazo queda abierto desde hoy hasta día 10 de mayo. Éste es un ejemplo práctico de lo que surgió en El Rodat: las sinergias hoteleras entre nosotros. Los ponentes nos dejaron ese mensaje: cooperación y solidaridad. Compartir ideas e inquietudes, ya lo hacemos en este Foro. Básicamente, porque somos hoteleros a los cuales nos gusta potenciar nuestro lado más filosófico. Como sabemos, Fernando Gallardo está amasando ese concepto común -el de los hoteleros pensadores, si me permitís- en algo más potente, más duradero. Algo que dará que hablar.
Por ahora, decidid si queréis formar parte de mi pequeño universo de amigos. No sé si os va a dar dinero, pero lo único que sé es que descrédito, seguro que no. Muchas gracias.
Bernat Pere Joan Jofre i Bonet