Tras dos jornadas intensas en el Balneario de Solares, los 85 hoteleros allí reunidos los pasados días 30 de noviembre y 1 de diciembre en su balance anual de la crisis y las posibilidades que se ofrecen en materia de innovación y cooperación interhotelera han concluido lo siguiente:
"Hay que escuchar más a los jóvenes, pues éstos serán los clientes que en un futuro inmediato exigirán hoteles de otro tipo, empresas con otra clase de valores, arquitectura de los sentidos y espacios emocionales". A lo que bien podría añadirse por parte de algunos de los allí presentes a otros de los allí también presentes:
"Nunca pierdas tu acento juvenil".
Es pronto aún para establecer conclusiones generales sobre todo lo acontecido y debatido en Solares. Ya lo iremos exponiendo poquito a poco, junto con las ponencias de quienes algo dijeron en el marco de estas jornadas, al igual que hicimos con las de Jávea. Pero el corolario preferente de los debates ha sido éste: todo hotel puede ser un destino turístico en sí mismo a condición de que provoque una emoción en sus huéspedes. Y lo más esclarecedor: tales huéspedes cambian de hábito con cada generación de viajeros. Si no se quiere padecer una desubicación en el producto hotelero habrá que estar atentos a la evolución de los mercados y a la demanda de viajeros, por lo que los jóvenes han de ser necesariamente consultados.
A estas jornadas de Solares han asistido de una manera significativa varios jóvenes hoteleros cuyos negocios figuran hoy a la cabeza de la innovación en España. Sin complejos se han presentado en los foros y mesas de trabajo aportando ideas frescas a los demás, un nuevo talante más abierto y cooperativo, mucha audacia en sus propuestas arquitectónicas, un punto de locura y diez de inteligencia. En suma, lo que hay que tener para anticiparse a lo que viene.
Porque la gran pregunta que todo el mundo debería hacerse no es cuán actualizados se encuentran hoy los hoteles en España, sino cuántos años de anticipación ofrecen sus instalaciones, sus servicios, sus liturgias, sus canales de distribución, su reputación online ¿Están preparados nuestros hoteles para afrontar los próximos 15 años sin caer en la obsolescencia?
En el taller 2.0 que cerraba las jornadas se puso en evidencia alguna de estas reflexiones. Al analizar las webs de los hoteles asistentes al taller (Solares reunió a un total de 85 hoteleros) se comprobó que más de la mitad sufría deficiencias o no se veían en los exploradores Firefox y Google Chrome, lo que significaba que eran invisibles al 30 por ciento de la clientela potencial de estos hoteles. Peor aún, casi la totalidad de los asistentes pudieron comprobar cómo sus webs eran opacas o difícilmente visibles para los rastreadores que indexan Google, lo que viene a representar un obstáculo mayor para su buen posicionamiento en los buscadores.
De nada sirven todos los cursos SEO, SEM y demás siglas mientras no se generen unas páginas visibles y no se sostenga una estrategia coherente de marketing emocional. Es como concurrir en las 24 Horas de Lemans con una rueda pinchada, vaya.
De ahí que las jornadas de Solares en su conjunto de ponencias, talleres, debates y grupos de trabajo hayan resultado un éxito de participación y cooperación. Primero se desenmascara el problema, o su raíz. Luego se oxigenan las heridas con mucho compañerismo y vocación cirujana. Finalmente se propone su curación a la luz pública, sin envidias ni navajazos cicateros. Todo en comandita, como buenos amigos. Y así la red sigue creciendo y prosperando Para concluir con un brindis de tierna amistad regado con una copa de Cirsion, gracias a Agustín Santolaya y sus Bodegas Roda.
El autobús de las emociones emprende de nuevo su marcha.
Fernando Gallardo (@fgallardo)