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El viajero solitario

miércoles, agosto 26th, 2009

Aunque todos nacemos y morimos solos, el viajero es uno de los seres patéticamente más desprotegidos de la especie humana. Tanto es así que la evolución darwiniana ha propiciado la aparición de una subespecie gregaria llamada “turistum pateticum”, no catalogada por los creacionistas, que atraída inexorablemente por el aroma emanado de ciertos lugares llamados “turísticos” –de ahí el nombre de la subespecie– requiere del auxilio permanente de un elemento director y cohesionador conocido como “guía”, que hace las veces de político nacionalista capaz de congregar a su alrededor a los que no encuentran otro norte que el que se les indique.

Se alimentan, sobre todo, de las imágenes captadas por sus cámaras fotográficas, siempre las mismas, y que ya han visto en sus manuales de instrucciones llamados “folletos”, que adquieren la importante velocidad de crucero de unos 150 flash por persona y día. Su andar apresurado y locuelo les impide saber con claridad dónde se encuentran, por lo que más tarde sufren algunos síntomas de confusión y perplejidad al desconocer exactamente qué lugar han visualizado, que no visto, en el trascurso de su compleja y laboriosa jornada de recolección de imágenes.

Como el talante de muchos seres humanos no cuadra con esta peculiar idiosincrasia del rebaño pero continúan en su soledad sempiterna descubriendo y disfrutando, aunque laboriosamente y con algunos errores de cálculo, de nuevos y maravillosos lugares es por lo que nace, realmente, el clúster de innovación hotelera de La Ruina Habitada.

Creado y pensado por seres de talante independiente, lo que no les exonera de su atosigante soledad y la consiguiente necesidad de financiación, saben comprender al viajero que se adentra entre los vericuetos digitales de Internet y le ayudan a diferenciar entre los cantos de sirena de miles de webs reclamando ser los mejores hoteles para dormir en su seno o los que actuarán como auténticos anfitriones sugiriendo los caminos más interesantes, las posadas más lustrosas y los lugares, que por suerte, nadie sabe que son turísticos.

El viajero escogerá finalmente su camino, pero sabe que el alma de su anfitrión le acompañará hasta la que ya será para siempre su próxima guarida. Ojala que la de uno de los nuestros. Si así lo hace nunca estará solo. Será recibido como auténtico compañero de fatigas y la información que nos transmita se guardará celosamente para ser confiada al próximo viajero que la solicite, y la que él demande se le entregará con generosidad.

Solo así, si somos ese lugar que todos añoramos encontrar cuando viajamos por lugares que no conocemos y queremos descansar, comer, beber y charlar entre iguales, será como cambiará definitivamente el duro destino del viajero que, finalmente, acabará visitando a esos amigos que tienen un hotel en cualquier lugar, no importa donde, pero que te esperan para saludarte y no solo para mejorar su RevPar.

Nacho Latorre, hotel Valle de Oca

Amanece que no es poco. La película

sábado, agosto 22nd, 2009

No resulta fácil encontrar este curioso filme que, en su momento, fue un maravilloso soplo de aire fresco en los apolillados clichés del cine español. No tuvo mucho éxito pero cuando la recuerdo sonrío. Posiblemente con bastantes defectos formales, tanto el guión como los actores sorprenden a cada paso con una naturalidad –surrealista– tan desbordante que, sin quererlo, te sumerge en un mundo alucinante y onírico; un universo extraño e irreverente, pero feliz, sin angustias y esencialmente optimista. Cuando la recuerdo sonrío. Me gustaría encontrar un hotel así.

Cada poco tiempo aparecen noticias tanto de la profundización continua de la crisis como de los primeros signos de luz al final del túnel. Cuando lo leo, sonrío. Veo fotos patéticas de hoteles clónicos con ofertas inmejorables. Llamo y están completos. Cuando lo leo, sonrío. Los propietarios y accionistas de las grandes cadenas hoteleras parecen contentos cuando les regalan dinero para seguir con sus cajas de zapatos con vistas al cemento de otra caja de zapatos. Cuando lo leo, sonrío. Quizás, finalmente, se reconviertan en espeluznantes residencias de ancianos para esperar, entre sus infinitos pasillos de la muerte, a la muerte infinita. Quizás, sobre todo, si es rentable.

Me acerco a una curiosa web que va contando todos los que somos. Hace 2 o 3 días éramos 6.778.693.134 seres humanos. Cuando lo leo, sonrío.

Con tanta gente, todos los hoteles deberían estar llenos si ofreciesen imaginación, cariño, hospitalidad, paisaje y sueños. Y los huéspedes se quedarían para siempre. O quizás nadie quiere nada de esto; quizás solo necesitan dormir; ¿en cajas de zapatos?

Acabo de regresar de un amplio viaje por una China inmensa y apabullante y un Vietnam cercano y acogedor. He podido disfrutar de algunos hoteles, y sus lugares correspondientes, que me han emocionado. Muchos de los clientes parecían no captar todo el encanto (más…)

Mil razones para invocar al Espíritu de Jávea

martes, mayo 19th, 2009

Ayer por la tarde asistí, entre ilusionado y sorprendido, al segundo webinario experimental sobre las nuevas formas de gestión hotelera, impulsado e inspirado con arrojo por Fernando Gallardo. Ilusionado porque imaginaba que la aventura de descubrir el futuro interesaría a  una mayoría significativa de los hoteleros que conocían la idea/embrión del cluster y sorprendido por la escasa asistencia y menor entusiasmo percibido en el ambiente.

También acabo de leer el melancólico y rebelde comentario de Fernando en el foro de la Ruina Habitada. Indudablemente no resulta agradable vislumbrar el poco interés mostrado por la esencia del proyecto, un puro laboratorio de ideas/sueño, y la perseverancia en los detalles operativos más aplazables. Aún así, creo que hay que tener en cuenta que algunas nuevas formas de comunicación, colaboración y desarrollo empresarial necesitan un cierto tiempo de rodaje que no es fácil de acompasar en un grupo tan heterogéneo y todavía poco cohesionado como el nuestro. Sin ir mas lejos, antes de la reunión de Jávea, yo mismo no conocía a ninguno de los participantes y después solo he vuelto a ver, físicamente, a dos de ellos (saludos a los magos de Echaurren).

Aunque no soy especialmente optimista en mis actitudes vitales, siempre he intentado (que no siempre conseguido) ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Y a eso voy. Pienso que, en primer lugar, no se había comprendido correctamente la operativa del cluster y su idea principal de laboratorio; pero también que el miedo/precaución, libre y omnipresente, aflora cada vez con más consistencia en los diferentes estamentos sociales y los hoteleros no estamos libre de esa plaga. Debemos reconocer que las perspectivas no son nada halagüeñas; la borrachera inmobiliaria y la sádica y descarnada actitud de los bancos racionando, gota a gota, el preciado elixir crediticio nos está haciendo sentir quiénes controlan realmente la situación y percibir el aliento de estos nuevos vampiros en la nuca. Por otro lado, los continuos cambios y avances en marketing y costumbres sociales pueden crear ansiedad y desconfianza por el resultado final de muchas de las ideas que se pudieran desarrollar, pudiendo perder el tiempo, la ilusión, la dedicación y el dinero empleados. De hecho, ya empiezan a realizarse los primeros ensayos con la web 3.0 y todavía no hemos desarrollado casi nada la web 2.0. En cualquier caso la esencia del cluster es precisamente ésta, y a nadie deberían de extrañar los riegos, aunque sea razonable dudar.

Sin embargo, creo que no hay otro camino para sobrevivir que la innovación. Supongo que otra explosión de crecimiento y despropósito consumista no parece que vaya a reproducirse en el corto o medio plazo y, por tanto, deberemos aclimatarnos a una larga temporada de vacas flacas. En consecuencia, asumamos que solo el permanente descubrimiento de los anhelos del futuro cliente (que posiblemente ni él mismo conozca) nos podrán, como mínimo, mantener en donde estamos (virgencita que me quede como estoy).

Indudablemente cada vez competiremos con más países y destinos, pero creo que no somos tan malos en esto del turismo. Aunque estoy de acuerdo con Fernando Gallardo en que nos hemos tropezado con una parte de nuestro éxito turístico, no creo que solo haya sido producto de la casualidad. Y también puede que 55.000.000 de visitantes que tuvimos en 2008 no estén todos equivocados y realmente tengamos algunas cosas que merezca la pena vivir y experimentar. El conjunto de España es mucho más que la suma de sus partes, y no es fácil encontrar un enclave con tanta diversidad y complementariedad en sus diferentes zonas geográficas y culturales; por eso confío en que seguiremos estando entre los 3-5 primeros destinos del mundo durante muchos años, aunque no sin problemas y no tan fácil como antes.

Pero también, por eso mismo, debemos liderar la innovación hostelera con el Espíritu de Javea y el Hotel de los Sentidos como puntos de partida del cualquiera de los siguientes escenarios del turismo mundial. Nadie ha dicho que vaya a ser fácil y que ni siquiera signifique un hito importante en la cultura turística, pero tenemos la obligación de intentarlo. Aunque solo consigamos sobrevivir ya será un éxito.

Claro que los países emergentes atraerán más y más turistas deseosos de conocer sus culturas y paisajes, pero cuántos visitantes repetirán sistemáticamente y cada cuánto tiempo es algo que todavía está por ver. Porque igual que los países del Este mantienen espacios vírgenes y pueblos bien conservados todavía no saben sonreír; o sabemos que hay lugares en China que son inigualables y mantendrán su encanto mitológico durante décadas. Pero también nuestras piedras, nuestra aceptable alegría de vivir y nuestra variadísima comida pueden sorprenderles a ellos y generar un flujo de turistas indios y chinos hacia nuestro territorio.

Tenemos muchas carencias como país. Hemos perdido tantos trenes hacia la modernidad… Al tiempo, hemos conseguido dar un salto de gigante en los últimos 25 años y sin ningún apoyo especial, incluso con sonadas zancadillas y problemas de división interna que pueden dar al traste con la idea-fuerza de España. Aunque ahora ya sea un tópico, no creo que sean casualidad nuestros éxitos deportivos, ni la capacidad de algunos científicos, médicos, arquitectos, ingenieros, artistas, diseñadores, hoteleros, cocineros, etc. por liderar tantos campos a nivel mundial.

Claro que sería maravilloso que la Universidad y las empresas no fueran entes aislados y se uniesen en un fin común para dar valor añadido a nuestras ideas. Es también descorazonador comprobar la carencia estructural del suficiente número de auténticos empresarios y el galopante superávit de meros negociantes/conseguidotes que solo realizan una intermediación parásita. Deberíamos, sin duda, ser más competitivos, sin dejarnos devorar por la productividad esclavista de otros lugares como EE UU o Gran Bretaña. Pero nuestros cielos todavía son azules y, aunque la sequía y el calentamiento global nos acechan persistentemente, somos líderes en energías renovables y agricultura avanzada y ecológica. Nuestro principal talón de Aquiles quizás sean la formación y una escasa cultura del esfuerzo, pero confío en esa juventud que aun a costa de sufrir la constante permanencia en la categoría de becarios y el sueldo mileurista a perpetuidad -sin poder, además, marcharse de casa-  son capaces de divertirse como nadie, pertenecer a ONGs del mundo entero sin despeinarse y se forman y viajan, por fin, en el extranjero.

No somos perfectos, pero hemos mejorado mucho; sobre todo partiendo del desierto cultural y social en el que estábamos. Y la imaginación es uno de nuestros activos intangibles mas presentes. Casi nos hemos desenganchado de la religión paralizante que nos ató al yugo y las flechas de la dictadura y podemos desnudarnos en casi cualquier playa sin que nos detengan o manifestar las diferentes opciones sexuales con tranquilidad y naturalidad en casi todos los ámbitos. Y tenemos muchos bares y restaurantes, de todo tipo y nivel, donde se mezclan las diferentes clases sociales sin grandes aspavientos ni protocolos, manteniendo una cierta capilaridad social muy beneficiosa para la cohesión de grupo. Los teatros están llenos a rebosar cada semana, hay colas en los museos y nuestras fiestas son famosas en el mundo entero. El avance en infraestructuras de última generación es espectacular y nuestra Seguridad Social en un bien de valor incalculable (con sus defectos mejorables) y seguimos siendo en país número uno del mundo en trasplantes de órganos, lo que indica un avanzado grado de empatía y solidaridad y una sorprendente conciencia de la muerte como hecho natural capaz de separar la persona de su cuerpo para poder utilizar partes de este último para salvar otras vidas; y la respuesta social al necio terrorismo de ETA o la muestra de dignidad y valentía que se pudo constatar tras el 11-M. Todos son gestos que reconfortan y por los que merece la pena pertenecer a este extraño y diverso grupo multicultural conocido por España.

Creo que finalmente se creará el cluster del Espíritu de Jávea y alumbrará interesantes mecanismos e ideas para seguir atrayendo a los nuevos (y antiguos) viajeros de la nueva era informacional y quizás alguna de sus elucubraciones se instale con fuerza en la futura promoción y gestión del turismo que nazca de las redes sociales, las nuevas formas de relación personal y las combinaciones interraciales y culturales.

Seguiré adelante apoyando estos dos proyectos hasta que aguante mi escasa capacidad financiera, e incluso después, pero con un gran anhelo e ilusión por inventar/descubrir la próxima frontera del turismo mundial que me gustaría fuese, al menos en parte, Made in Spain.

Veinticinco hoteleros somos mas que suficientes para revolucionar la hostelería del futuro y aunque así no fuese, solo participar y luchar por alguna idea y sentir tan cerca la imaginación, la energía y el valor de muchos de vosotros habrá merecido la pena.

Y, además, la aventura siempre es la aventura.

Nacho Latorre, hotel Valle de Oca

La vorágine informacional

martes, abril 21st, 2009

A partir de mañana, miércoles, se celebra en Madrid el 18º Congreso Internacional de la Word Wide Web que coincide con el 20º aniversario de su nacimiento. Como antiguo informático profesional, sigo conectado emocionalmente a las tripas de este maravilloso mundo binario que potencia nuestra más exclusiva capacidad animal -la acumulación consciente y organizada de información- hasta los límites donde nacerá un nuevo ser humano informacional.

Cuando empecé a conocer la informática (1970) solo era un pequeño universo mágico desconocido por la sociedad. Resultaba una auténtica aventura filosófica acercarse a los límites últimos de cualquier toma de decisiones para poder simular, en una máquina conceptualmente sencilla y con solo dos opciones de pensamiento (0 y 1, on y off), mecanismos complejos de razonamiento que podrían llegar a imitar la inteligencia humana. A menudo las personas ajenas a nuestro pequeño universo digital nos veían discutir a viva voz, de tú a tú, con aquellos enormes monitores que nos conectaban con el ordenador central; pensaban que estábamos un poco locos porque hablábamos con aquellos armatostes.

Lo cierto es que los insultos al monitor, e incluso los golpes, eran una constante en nuestro mundillo y siempre por la misma causa. Sabías a ciencia cierta que tú te habías equivocado y él nunca se equivocaba; y eso cabrea.

Y aunque la tecnología ha progresado exponencialmente, la mayoría de los conceptos informáticos que se manejan en la actualidad ya existían en aquella prehistoria digital y avanzan, parece que de forma inexorable, hacia lo que ya sufríamos nosotros: una forma de inteligencia que está diseñada por ti, pero que es capaz de superarte en casi todos los aspectos. Por eso resulta imprescindible estar al día en las nuevas expresiones que nos acercan a una forma de inteligencia artificial (IA) que gestionará gran parte de nuestro mundo real.

La  lógica difusa, la minería de datos, las redes sociales, la delincuencia informática, los metabuscadores, la piratería social son algunos de los nuevos galimatías semánticos con los que deberemos convivir para saber utilizar sus ventajas y prevenir sus inconvenientes y así estar un paso por delante de los problemas pero también de las oportunidades.

Sugiero aprovechar que este evento se realiza en Madrid (España) para intentar absorber la mayor cantidad posible de la información mediática que se produzca y digerirla todos juntos. Puede que al principio muchas ideas nos confundan, pero al final las palabras modelarán nuestro pensamiento y podremos vivir con naturalidad en el mundo virtual que nos espera/rodea.

Nacho Latorre, hotel Valle de Oca

Espíritu de Jávea, ¿dónde estás?

sábado, abril 4th, 2009

Tengo la sensación de que el espíritu de Jávea está todavía poco definido (los espíritus, por su naturaleza, se resisten a una descripción precisa). Indudablemente en El Rodat hubo buenas sensaciones y una cierta euforia colectiva, pero el poco tiempo disponible no fue suficiente para conocernos entre todos y crear un núcleo mínimo donde definir criterios y afrontar acciones comunes.

Para los que somos novatos en la hostelería nos parecía, y sigue pareciendo, una gran oportunidad de encontrar en las palabras y experiencias de los otros el origen de una o varias fórmulas para salir potenciados de la crisis (muy acertadamente los chinos, que ven el mundo en un formato, digamos, complementario, definen crisis con dos caracteres que se pueden traducir como peligro + oportunidad: 危机, wēijī).

También era muy gratificante sentirse parte de un grupo, incluso de una cierta élite, con inquietudes y problemas similares y que parece haber demostrado la intención de avanzar hacia una hostelería de auténtica calidad y de mucha calidez. Aunque en el foro se han hecho propuestas más o menos concretas para desarrollar acciones conjuntas, no han tenido el suficiente atractivo para concitar apoyos y ahora están perdidas en los gigantescos almacenes de palabras en que, indefectiblemente, se van convirtiendo los blogs. La distancia y la soledad es otro de los sentimientos contra los que tenemos que luchar. Como marinos varados en tierra, capitaneamos naves muy diferentes, con distintas esloras, tripulaciones poco homogéneas y velamen dispar, pero parece que el viento dominante nos dirige hacia el ojo del huracán y tenemos que localizar puertos seguros donde reponer fuerzas para esta singladura.

Sin embargo creo que hay suficientes bahías protegidas para todos; además somos barcos ligeros, maniobrables y de poco calado, lo que nos permitirá reorientar nuestra proa, sin tanto esfuerzo como otros, a la zona más guarecida y evitar embarrancar a las primeras de cambio. Aunque parece difícil un abordaje/competencia entre nosotros, tengo la sensación de que no hay mucha ilusión por navegar juntos (aunque no revueltos) en ese bloque-lobby que se comenta.

Es cierto que Facebook, los correos, el móvil, etc, permiten una comunicación más o menos fluida. Pero también lo es el hecho de que no seamos nativos de Internet y nos resulta difícil, todavía, unir voluntades para desarrollar acciones en red, sin un director/jefe y sin escalas jerárquicas que nos obliguen/condicionen para hacer operativas las propuestas que se puedan proponer/consensuar; no estamos sentados en una sala de reuniones y no pertenecemos a ningún grupo formalmente definido.

Indudablemente necesitaremos aprender protocolos de actuación para reunirnos virtualmente y conseguir una operatividad similar a la del mundo real. La rapidez para desarrollar sugerencias y tomar decisiones se convierte en un atractivo añadido y el retorno de la información para verificar el porcentaje de éxito de las medidas tomadas, una maravillosa ayuda. De manera voluntaria estaremos definiendo un lugar común, un pueblo virtual (la aldea global), donde ya tenemos un bar en el que reunirnos a charlar y a tomar café (este foro), pero también debemos crear un Ayuntamiento donde nos auto-convoquemos para decidir si asfaltamos o no la plaza del pueblo (o si desarrollamos una novedosa estrategia común para el check-in o el check-out).

Resulta fascinante que todas estas nuevas herramientas de comunicación estén a nuestra disposición y podamos ser auténticos pioneros en relaciones virtuales. Sobre todo, si las utilizamos.

Nacho Latorre, hotel Valle de Oca

Micro-sugerencias desde el Espíritu de Jávea

martes, marzo 17th, 2009

Para no entreteneros mucho con razonamientos, especulaciones y agradecimientos paso directamente a sugerir acciones concretas hacia el futuro en red que nos espera y, desde ya, recojo/propongo algunas ideas para utilizarlas en nuestra, de momento, micro-red de hoteles-delicatessen (¡sin duda, los mejores hoteles del mundo mundial!).

1.- Intercambio horizontal de información que nos permita a todos compartir los servicios, equipos o productos que nos funcionan en nuestros establecimientos. Con la suficiente auto-coordinación también podríamos obtener algunas mejoras comerciales al realizar compras de manera coordinada.

2.- La creación de un “tablón de anuncios” donde colocar nuestras ofertas/demandas de cualquier tipo para compraventa, intercambio o contratación prioritaria y de confianza entre nosotros.

3.- Links permanentes entre todos nuestros hoteles con ofertas prioritarias para los clientes que se hayan alojado o sean recomendados por alguno de los establecimientos interrelacionados.

4.- Realizar descuentos del 2% (o la tasa que cobren las tarjetas de crédito/débito) para los clientes que hagan el pago de las facturas en metálico (anunciándolo en la web y en recepción). Eliminaremos gastos financieros y comisiones de los que se están beneficiando los principales causantes de la crisis (los bancos y las entidades de crédito). También podemos reducir los gastos de gestión de cuentas corrientes aumentando la gestión directa del dinero metálico intentando realizar pagos a terceros con descuentos por pago al contado.

Se trata, en esencia, de conseguir que las ideas, conocimientos, trucos y actitudes que hemos conocido/desarrollado cada uno, en nuestro particular entorno y tipo de negocio, las podamos trasladar a otros con cierta coherencia y fiabilidad. Naturalmente habría que definir alguna normativa básica para hacer operativas las sugerencias que se crean más interesantes -sobre todo las que requieran de cooperación entre todos los miembros de la red- pero, finalmente, las ventajas que podría aportar esta “comunidad virtual” solo serían efectivas con bastante buena voluntad y generosidad por parte de todos.

Sinergia + empatía + los intangibles del “espíritu de Javea” para evitar la repetición de errores contrastados y avanzar, sin pausa, hacia el hotel perfecto.

Sin embargo, no tengo nada claro si estas ideas, u otras que puedan proponerse, no serían, finalmente, una sobrecarga de trabajo para el Foro de la Ruina y, por tanto, para Fernando Gallardo. Supongo que entre todos podremos auto-generar las formas más operativas de intercambio de información sin saturar otros espacios virtuales.

Nacho Latorre, hotel Valle de Oca (Burgos – Atapuerca).

Próxima parada: el futuro

lunes, marzo 16th, 2009

¿Serán así los hoteles en el siglo XXII?

Como algunos escritores de ciencia-ficción ya predecían, el futuro nos pisa los talones y, en algunos casos, nos alcanza con descaro. La obscena y mediocre codicia que ha provocado la actual crisis mundial, junto a la presión demográfica, el calentamiento global y las crecientes necesidades energéticas, de alimentación y agua, están poniendo a prueba nuestras desorientadas sociedades humanas. Muy posiblemente estas grandes presiones económico/culturales sean las precursoras de sensibles cambios sociales y, por tanto, de la renovación de algunos paradigmas del turismo y la hostelería.

¿Qué buscan -buscarán- en los hoteles estos nuevos viajeros de la era digital? ¿Cómo seducir -ahora y en el futuro cercano- a cada uno de esos viajeros? ¿Puedo plasmar las esencias que les emocionan -emocionarán- para atraerles a mi hotel? Y, sobre todo, ¿a qué ritmo cambia todo lo anterior y, por tanto, cada cuanto tiempo necesitará readaptarse la nueva hostelería a las nacientes preferencias?

Aunque somos todavía una potencia mundial en turismo, tal parece que el actual modelo ha tocado techo y se encuentra en franco declive. Por el camino se han destruido patrimonios culturales, paisajísticos y monumentales, enterrados por el cemento, la sobreexplotación y la desidia que hacen peligrar una parte significativa del pastel turístico conquistado. Sin embargo, la explosión del turismo rural, la nueva conciencia ecológica y la rápida evolución estético/cultural de la sociedad han permitido -y permitirán- la recuperación de lugares poco valorados anteriormente y que conservan gran parte de su atractiva idiosincrasia original. Edificaciones, pueblos y paisajes antes olvidados son un efervescente caldo de cultivo para multitud de proyectos que buscan el detalle, el encanto y la emoción para atraer al visitante.

Me gusta imaginar que esta crisis que nos atropella, como revulsivo inicial, y el “hotel de los sentidos”, como estandarte/amuleto, definirán un nuevo paradigma del alojamiento basado en la emoción. Y que, con diferentes fórmulas y estilos, podremos escondernos, amar, dormir, e incluso soñar, en “espacios sentimentales” hechos por seres humanos para seres humanos y no por financieros-vampiro para turistas-rebaño. Hoteles “delicatessen” que permitan saborear todos y cada uno de los impagables lujos emocionales que puede aportar el ancestral refugio-cueva de la prehistoria o el caravanserai de los nómadas del desierto, reinterpretados para este inquietante y sugerente siglo XXI.

Desde esta perspectiva, el hotel como ejemplo de lugar ajeno y fugaz pero que nos acoge sin preguntas tendría que ser un “templo emocional”, un puzzle de sueños, recuerdos y anhelos donde cobijarnos y sedimentar/compartir las impresiones del viaje. Sus habitaciones, unas “criptas mágicas” cuya labor alquímica principal sería transmutar el turismo en un arte: el arte de viajar. Desde el viajero, pero también el arte de la hospitalidad, desde el anfitrión/hostelero, desarrollando un proceso similar al seguido por la actual restauración, transformando una necesidad física, la de guarecerse/descansar/dormir, en una experiencia cargada de esencias, cultura, sorpresa y emoción. Un camino de difícil culminación por su complejidad, condicionamientos financieros y normativos y también por la brutal aceleración histórica que trasforma día a día nuestra sociedad hacia un futuro poco predecible y sin respuesta clara para sencillas, y hoy algo demagógicas, cuestiones.

¿Continuarán realizándose los llamados “viajes de negocios” a ferias, reuniones y congresos o los profesionales y empresarios se comunicarán por video-conferencias y hologramas virtuales? ¿Desaparecerán, por tanto, los grandes hoteles de 3-4 estrellas, dejando en los extremos contenedores low-cost automáticos y resorts-fortaleza de un lujo prepotente, estandarizado y sin alma? ¿Existirán vacaciones/turismo como en la actualidad o la saturación poblacional y de destinos o las limitaciones energéticas y de seguridad restringirán los viajes “libres”, tal y como los conocemos ahora? ¿Seguirán existiendo los pequeños alojamientos rurales con encanto o quedarán desiertos los pueblos donde se enclavan por la emigración o muerte de sus últimos, y hoy ya, ancianos habitantes?

Primero la idea, y después el experimento, del Hotel de los Sentidos en Valparaíso, me parecen el genial arranque hacia la utopía del “hotel perfecto” como laboratorio necesario para investigar sobre los lugares donde habitar y convivir (no solo pernoctar) en los futuros desplazamientos de la era Internet. Su reto más importante será diseñar un modelo capaz de absorber los cambios materiales, tecnológicos y sociales que se avecinan y reinterpretarlos al servicio de unos clientes cada vez más informados, sofisticados y exigentes. Y, además, intentar ralentizar/humanizar el endiablado ritmo que nos encadena a la conexión permanente, vía móvil o Internet, y a los viajes relámpago (los inefables fines de semana y puentes).

¿Merecerá la pena, en un futuro cercano, tanto estrés físico y mental, tanto consumo energético (y su brutal impacto ecológico) solo para desconectar algunos días y volver a estresarnos por el retorno masificado y el reencuentro con los problemas? Supongo que sí, pero únicamente si tal viaje, cualquier viaje, se convierte en una experiencia renovadora capaz de estimular nuestra sensibilidad para conocer y así conservar y mejorar el entorno que acabamos de visitar. Y también si el hotel, cualquier hotel, se trasforma en un nuevo espacio emocionante y vivo; que nos habla, nos estimula, nos tranquiliza y nos acoge para, finalmente, dormir; ese momento en el que somos más frágiles, pero también más auténticos. En cualquier caso, abrir nuevas vías para corregir la dinámica caníbal del actual capitalismo y su turismo destructor, alienante y homogéneo. Evitar con sensibilidad y empatía que acabemos devorándonos mutuamente destruyendo la naturaleza y las relaciones humanas en una orgía de traslados en manada, hoteles/colmena y recepcionistas/robot.

La crisis que estamos padeciendo puede ser un punto de inflexión, y reflexión, y este Foro de la Ruina Habitada una de las pocas oportunidades de hacer propuestas, sin necesidad de ser un experto, para avanzar en las bases de un cambio con las diferentes perspectivas profesionales y personales de este lugar común (y virtual) que no existía.

Tengo la sensación, quizás demasiado optimista, de que todavía se pueden explorar algunos caminos para dar un golpe de timón y proponer alternativas, plausibles y atractivas, al turismo-plaga que nos asuela. No conozco, ni de lejos, la fórmula para superar las contradicciones y desafíos de un mundo tan primitivamente humano y financiero como el nuestro, pero estamos obligados a encontrarla porque ya hemos llegado a la próxima parada.

Luchemos juntos porque no sea la última.

Nacho Latorre, hotel Valle de Oca