Anteayer me reuní en el Starbucks de Isadora Goyenechea, la calle más cool del distrito financiero de Santiago con la consultora turística Helen Kouyoumdjian. El propósito era, naturalmente, contar con su colaboración en la puesta en marcha de nuestro proyecto de Hotel de los Sentidos en Valparaíso. Tener más precisa la idea de este experimento turístico, realizar de una vez el plan de negocio, tener acceso a las ayudas oficiales pertinentes, formalizar los trámites legales indispensables en un proyecto así, adquirir los contactos más interesantes del sector turístico en Chile para la dinamización del proyecto y su concreción posterior Nadie mejor con su empresa de consultoría para facilitarnos esta labor en un país ajeno al club de inversores que va a propiciar la construcción y desarrollo del hotel.
Porque el Hotel de los Sentidos camina hacia su objetivo, aunque no se tengan demasiadas noticias de Gurb. Este mismo viernes viajaremos a Valparaíso para chequear los tres primeros solares con posibilidad de adaptación al proyecto. Antes tendrá lugar en esta ciudad el cuarto encuentro del Colectivo Valparaíso, que es como estamos llamando ya al grupo de arquitectos que participó en agosto en el Taller de Arquitectura de los Sentidos. Queremos que esta reunión sea determinante en la constitución del grupo de trabajo que finalmente diseñará el hotel. A ver si lo conseguimos.
No será fácil la tarea de constituir el grupo, como menos- de imaginar el hotel en cuestión. La pista ya me la dio Helen Kouyoumdjian ante una taza de café: ¿un hotel flexible? ¿Sin número de habitaciones? ¿Sin concreción en el tamaño de las habitaciones? Es sorprendente, sí. Pero se necesita acotar un número de habitaciones para elaborar un Business Plan
Lo confieso. Mi propuesta es difícil de entender y, muy seguramente, casi imposible de hacerla realidad. Pero, ¿por qué no intentarlo? Queremos todos un experimento de clamor mundial, ¿verdad? Pues aunque no se entienda habrá que inventarlo. No nos debemos amilanar. Los arquitectos estarán encantados con el desafío, estoy seguro de ello.
Si no imaginamos, no avanzamos. Hay que ser rebelde. Buscar lo imposible para encontrar lo posible. Tal empeño es lo que han logrado, por ejemplo, los diseñadores del sillón Fexiblelove (www.flexiblelove.es) , para mí un ejemplo claro de hasta qué punto una dosis de locura e ironía es capaz de ayudarnos a crear un hotel para los sentidos más agudos.
Fernando Gallardo