Archive for septiembre, 2009

La tiranía del presente

domingo, septiembre 13th, 2009

tirania_tiempo“Una de las cosas que ha puesto de manifiesto la crisis económica es que como sociedad somos bastante idiotas y una de las consecuencias evidentes de la tiranía del presente, es decir, del corto plazo, del consumo inmediato, es que el futuro ha quedado totalmente desatendido”. Son palabras de Daniel Innerarity en la presentación de su libro El futuro y sus enemigos. Una defensa de la esperanza política (Paidós).

En los últimos días he tenido la oportunidad de conversar con distintos hoteleros en relación a sus planes de futuro (?) o, más bien, a debatir en torno a cómo salir delante de este panorama desalentador. Porque el desánimo impera, y en casi todas las conversaciones aprecio una desaceleración en sus proyectos hasta casi detener la marcha. Y, lo que es más grave, una regresión hacia la búsqueda de respuestas en modelos más tradicionales que eviten riesgos innecesarios.

Quizás los manuales del “Hotelero que quiere afrontar la crisis y salir (airoso) de ella cuanto antes” dicen eso, pero creo yo que la postura a tomar en estos momentos es más bien la contraria. Y creo que esta opinión es compartida en este Foro por casi todos, aunque no está nunca de más insistir.

Si extrapolamos las palabras de Innerarity y afrontamos su aplicación al sector de la arquitectura hotelera extraeremos como conclusión que no podemos pensar en abordar la construcción o reforma de un hotel si pensamos en el corto plazo, en lo que nos demandan los clientes hoy. Debemos pensar sobre todo en los clientes de mañana, y no en sus necesidades, sino en la manera de sorprenderles con experiencias profundas; y eso se consigue allanando el futuro en creatividad y en innovación, espantando esa dictadura del presente que nos impide recuperar la confianza en lo que está por llegar. El riesgo reside en no apostar por la salida hacia futuro; el horizonte siempre está adelante aunque nunca lo alcancemos.

Es nuestra responsabilidad.

Jesús Castillo Oli, arquitecto

Comprar paisaje

sábado, septiembre 12th, 2009

lagoEs uno de esos conceptos recurrentes en nuestras conversaciones sobre innovación hotelera tenidas en aquellas jornadas de La Ruina Habitada. Recuerdo la cara de incredulidad que me ponían algunos de los presentes, en cuya mirada yo podía descifrar sin equivocarme el pensamiento de que Gallardo es un iluminado o está un poco chalado. ¿Adquirir paisaje? Pues sí, comprar montes, bosques, lagos, ríos, cielo y tierra para que nadie le robe al hotel sus vistas, si acaso el negocio toca la fibra sensible de la retina, o sea, el nervio óptico.

Sin ese preámbulo es lógico que haya cundido el desánimo en algunos hoteleros, miembros suscriptores de este Foro, cuyo negocio sufre las consecuencias del abordaje a que ha sido sometido por promotoras de urbanizaciones colindantes en connivencia con sus Ayuntamientos. El pan nuestro de cada día en la pre-crisis inmobiliaria española… Porque es obvio que muchísimos hoteles “venden” vistas sin haberlas inscrito antes en el Registro de la Propiedad. Digamos que venden algo ajeno, lo cual sería ilícito si no fuera porque tal “venta” es un activo intangible de difícil cotización y, por tanto, imposible de ser recurrida ante la ley.

Esa gratuidad aparente y consentida faculta al hotelero a incluir vistas en su producto sin coste intrínseco, más allá de abrir un ventanuco al monte o encargar a su arquitecto el diseño de una de esas piscinas de horizonte infinito tan a la moda. Hay quien, absorto en la panorámica, se creerá en el paraíso gracias a una imagen supuestamente regalada desde el cielo… Solo que la postal tiene un precio: el que disponga el alcalde de turno cuando le entre el apetito de recalificar suelo, dado el indigente estado de las arcas municipales y la dificultad que tiene el país en abordar la fase siguiente de la descentralización regional, esto es, la autonomía municipal.

Entonces, y solo en ese instante, es cuando sobrevienen los lamentos empresariales. “Me han robado la vista”, “me han asfixiado el negocio” o “me han rodeado el hotel de urbanizaciones, asfalto, ruidos, basuras y jeringuillas”. Pero de robar nada… Ha ocurrido, sencillamente, que tú alardeabas de un valor que no te pertenecía y considerabas aquellos vaticinios como la típica chaladura de Gallardo.

Y habrá chalados como yo, pero gallardía ninguna como la de un señor sesentón de nacionalidad norteamericana llamado Douglas Tompkins, que a fuerza de dinero y mucha agudeza visual (su negocio hoy son las vistas) se ha convertido en el enemigo público número 1 de Chile, Argentina y camino lleva de serlo también del Paraguay. Multimillonario con la compañía de moda Esprit y creador de la marca North Face, el buen señor resolvió adquirir nada menos que 550.000 hectáreas en la Patagonia, que es como decir medio país, o cortar Chile en dos fuets, y proteger ese vasto territorio austral de la voracidad de las industrias salmoneras (hoy arruinadas por una gestión que olía a pelotazo), los ingenios forestales (segundas filas de las empresas que operan en el Amazonas) y las hidroeléctricas, grandes multinacionales apuntadas a última hora a las energías renovables y entusiásticamente apoyadas por los movimientos ecologistas que sueñan con un país de molinos de viento y de embalses como han logrado en España, en detrimento de la más paisajística y razonablemente eficiente energía nuclear.

Tompkins y señora llevan 14 años en Patagonia comprando territorio para resguardarlo contra los blanqueadores de paisaje y ecófilos de las represas, tan pulcras y energéticamente renovables. Muchas de esas hectáreas, que no cabrían en el conjunto del País Vasco, las han revertido ya al Estado chileno bajo la garantía de promover en ellas una red de parques nacionales. A pesar de lo cual, el Gobierno recela de las loables intenciones del multimillonario neoyorquino y expresa repetidamente su asombro por que un filántropo pueda comprar tanto bosque como para dejar un país como Chile partido en dos. Tompkins se opone al asfaltado del territorio, y eso frena el desarrollo industrial de la Patagonia. “Es incomprensible”,  alegan los estamentos oficiales, por más que la ley ampare en este país la propiedad privada. Pero la falta de una cultura de protección natural y el hecho de que esa nunca vista sensibilidad MatrimonioTompkinspor el medioambiente provenga de un turista foráneo no hace sino aumentar la presión del Ejecutivo para que este moderno Robin Hood del medioambiente abandone sus proyectos.

El más inmediato de ellos es la creación de un lodge de solo seis habitaciones con cubiertas de cobre, revestimientos de piedra, termopaneles de poliuretano y lana mineral, mobiliario de madera reciclada de galpones y aprovisionamiento geotérmico en Valle Chacabuco, una depauperada estancia ganadera de 78.000 hectáreas que los Tompkins se dieron el gusto de adquirir para, en su razón de “ecología profunda”, hacer del paisaje un buen negocio. Todo un ejemplo a seguir, en mi opinión, por los hoteleros del futuro, pues la mejor manera de preservar el medio natural es hacer negocio con él. Si no, estará siempre al albur de los gobiernos de turno y ediles necesitados de recursos dotacionales. Sí, lo he sostenido en diversas ocasiones, los hoteles de los sentidos que nos gustan pueden ser el mejor garante de una naturaleza protegida.

Uno de los comentarios más desafortunados que he oído en el tiempo que llevo en Chile provenía de alguien con estudios universitarios (no sé si provechosos) interpelándome a que expresara mi opinión sobre la herida territorial que Tompkins había infligido a la patria, y si podía consentirse que un extranjero pudiera comprar tanto bosque nacional. De hecho, otros magnates amigos del matrimonio Tompkins, como el británico Joseph Lewis –propietario de la marca de ropa Levis–, el norteamericano Ted Turner –fundador de la CNN– y el italiano Luciano Benetton –el mayor terrateniente privado de la Argentina–, andan ya comprando todo el paisaje que pueden. Ah, repliqué, ¿pero los árboles aquí son tertulianos de la política?

En Argentina lo tienen más claro. Con los instrumentos excepcionales de una república bananera, la provincia de Corrientes ha conseguido modificar sus leyes a fin de prohibir cualquier operación inmobiliaria por parte de extranjeros. Lo peor allí siempre viene de fuera.

Tiene su lógica. Una lógica aplastante y campechana. A las gentes de esta argentinísima provincia no les cabe en el magín que alguien como el antiguo dueño de la marca North Face pueda ganar 400 millones de dólares vendiendo… camperitas.

Fernando Gallardo (@fgallardo)

Los guarismos hablan de nuestro foro

viernes, septiembre 11th, 2009

¡Uuuuy!, casi exclamamos esta semana. Para un Foro que no tiene vocación de popularidad, sino de debate y reflexión entre hoteleros, arquitectos y gentes afines alcanzar los 1.000 lectores únicos cada día trasciende todas las expectativas. En un año de trabajo, ésta es la cifra de amig@s que hemos incorporado a la disquisición hotelera como proceso de culturización turística en el mundo.

Ya no somos tan pocos. Más de 200 personas se han suscrito al Foro para participar con sus ideas y reflexiones. Más de 55.000 han pasado por aquí para leer solamente lo que decimos, sin opinión propia, en el periodo transcurrido desde el 1 de enero de este año.

Y como nunca nos ha faltado transparencia –pues éste es el lema del Foro, transparencia, innovación y cooperación–, publicamos a renglón seguido las cifras reales, no analíticas, del contador introducido en la misma web del Foro de la Ruina Habitada.

septiembre2009

Cabe resaltar que el cuadro proporciona los datos puros de las visitas únicas, no de las páginas vistas. Lectores individuales, con nombre y apellido, en su mayoría hoteleros. Y lo hacen casi a diario, que es lo que más me entusiasma. Será que este Foro interesa, que el temario a debatir les resulta interesante.

sept2009

El mes pasado, tradicionalmente flojo en las diatribas ideológicas, tuvo un inmejorable comportamiento, como puede verse a continuación.

Agosto2009

En total, agosto registró una afluencia de 20.278 visitantes únicos, lo cual arroja una media diaria de 675 visitas únicas. Y, si obviamos el fin de semana, la media diaria asciende a 882 visitas únicas. Helas aquí día a día:

Agos2009

En el Foro carecemos, de momento, de una estadística más completa y profunda que segmente a los lectores por lugar de origen. Pero sí que se puede sacar alguna que otra conclusión analizando la procedencia de su dirección IP, como se constate en el cuadro siguiente:

paises2009

Las cifras hablan por sí mismas, pero merece la pena destacar el gran interés que provoca este Foro en los países latinoamericanos, sobre todo en México y en Chile.

Lejos de nos el autobombo que parece destilar esta  estadística. Si la exhibimos es porque necesitamos acrecentar la confianza de que este escenario de debate y reflexión surgido de las jornadas hoteleras en La Ruina Habitada han servido –están sirviendo– para algo. Ojalá que las expectativas de cuantos nos siguen a diario no se defrauden. En la mente de todos, y en la tecla de cada uno, estriba su éxito. Así, los 174.624 lectores únicos que han curioseado en alguna ocasión lo aquí escrito no considerarán jamás haber perdido su tiempo.

el Foro dixit.

Fernando Gallardo (@fgallardo)

Un lazarillo en nuestro laberinto

jueves, septiembre 10th, 2009

QR S verde

Este extraño laberinto hace apenas dos años habría sido interpretado como un signo cabalístico. Hace cinco siglos, seguramente un marchamo de brujería, algo diabólico e inquietante. Hoy todo el orbe sabe que se trata del código QR (Quick Response), alter ego del popular código de barras, pero más potente y ergonómico a los ojos de las cámaras integradas en los teléfonos móviles. Es la seña innovadora que nos define.

Este cuadratín pixelado no es un ditirambo, sino que identifica por sus señas al Clúster de la Ruina Habitada. Propongo que el forista tome su teléfono, apunte hacia la pantalla y obtenga una fotografía del cuadro. A continuación, descargue un lector de código QR entre los varios que se ofrecen en la red (por ejemplo, el Kaywa) y curiosee sobre lo que le aparecerá escaneado en su móvil: los datos de contacto de nuestro clúster, a guisa de tarjeta de visita. Porque esto es lo que va a ser el anagrama QR: una tarjeta identificadora de nuestra existencia, la firma de nuestra actividad profesional, la llave de acceso a muchas cosas en el futuro.

A partir de ahora veremos una estampilla QR en la columna derecha de este Foro, debajo del listado de los miembros del clúster, para que nadie se pierda por sus vericuetos.

Las aplicaciones de este código son tan ilimitadas como insondable es la imaginación humana. Sirven en los supermercados para el marcado, inventariado, etiquetado, contabilidad y venta de los productos. Los comercios que frecuenté el año pasado, durante mi periplo por Japón, exhibían todos la etiqueta al pasar por el láser de caja. Amigos míos o contactos profesionales me mostraban una placa con el garabato y me incitaban a fotografiarlo para obtener inmediatamente en mi móvil sus datos de contacto en lugar de la vulgar tarjeta de visita.

hotelQROtras aplicaciones lúdicas de este grafismo se han ido generando en todo el mundo, incluida España. La Vanguardia ha organizado juegos entre sus lectores geek. Se convocan incluso instructivos concursos de… QR cuentos, algo así como unos microrrelatos. Hasta Pepsi lo ha utilizado en una campaña de publicidad. Lo último de lo último es un proyecto de hotel en Dubai  (no podía ser en otro lugar) en cuya fachada se ofrece con código QR la información práctica del establecimiento.

Nosotros pretendemos ser serios y rigurosos en la utilización de este invento. Creemos que puede resultar muy práctico para resolver la tan cacareada molestia del registro en los hoteles, que dificulta esa liturgia de la bienvenida que hemos proclamado en diversas ocasiones desde este Foro y en las anteriores jornadas de La Ruina Habitada. ¿Por qué no lanzar a través de la web una estampilla QR en el momento de formalizar la reserva y que un lector reconozca el teléfono móvil de los viajeros a su llegada al hotel, como hoy se estila en los forfaits de las estaciones de esquí?

En la práctica innovadora que nos hemos propuesto con la constitución del Clúster de la Ruina Habitada, éste será uno de los objetivos que tendrán una prioridad tecnológica. No para ser más snobs que nadie, no por apuntarse gratuitamente a la modernidad, sino porque van a ser estas herramientas las que posibiliten un cambio de concepto en la hotelería del futuro. Tecnología que facilitará y dará vida a las liturgias de los sentidos.

Fernando Gallardo (@fgallardo)

¿Se puede puntuar un hotel?

martes, septiembre 8th, 2009

“Has estado sobresaliente, cariño. Te mereces un 10 en la cama.”

ruleta¿Se puede valorar una experiencia amorosa? Esta pregunta salta a la palestra de cuando en cuando para acuciarme a explicar qué argumento o sensación me sirven para ponderar los valores de un hotel en mi crítica semanal de EL PAÍS y si tal prontuario justifica la evaluación numérica de las instalaciones y los servicios cuando el establecimiento de turno se significa por su singularidad o carácter propio. Algunos hoteleros me lo inquieren en Facebook con más curiosidad que leso derecho de réplica.

“Creo que eso hacen nuestros huéspedes con sus opiniones”, arguye Antonio Gómez (Quintana del Caleyo), quien deposita en el prescriptor la responsabilidad de valorar “los espacios, la arquitectura, el lugar, el encanto, los desayunos, las charlas, el trato, el silencio, cualquier otra sensación vivida” en la misma medida en que la clientela puntúa en su fuero interno las experiencias y emociones obtenidas en el hotel.

La crítica o la queja deben servir al hotel como herramienta de mejora continua, sostiene a su vez Palmira Rodríguez Servando. “El problema radica cuando los evaluadores miden las emociones o sensaciones con los mismos parámetros con que pueden medir lo tangible.”

Porque este es el debate que provoca la azagaya periodística que nos blande el propietario del hotel Consolación, Santi Mas de Xaxas, con el acicate de saberse objeto de valoración este mismo fin de semana por mi rúbrica en El Viajero. Objeto de una tabla de puntuaciones que hoy todavía desconoce… “¿Acaso se puede puntuar una experiencia? ¿Una sensación? ¿Un estado? ¿Una emoción? ¿Una vivencia?” Porque, como alega nuestro interlocutor, eso queremos que sean los nuevos hoteles de los sentidos. Emoción frente a razón. Corazón frente a hígado. Mi pálpito contra mi pulso sistólico.

Tantas veces me he declarado nada partidario de la clasificación oficial por estrellas de los hoteles que ahora me va a resultar difícil encontrar un argumento a favor de mis propias puntuaciones semanales. No se sostienen en puridad, lo sé. De hecho, no las utilizamos en la selección hotelera de Notodohoteles.com. El peor hotel del mundo puede ejercer un día cono el mejor del mundo, lo he suscrito muchas veces. Es el poder de una sonrisa lo que importa, el aleteo de una corazonada, el soplo de un susurro, la tonalidad de un cielo, la densidad de una atmósfera… Son tantas cosas imperceptibles, apenas imaginables, intangibles o someras en su esencia que resulta abrupto etiquetarlas con suspenso, aprobado o notable.

¿Por qué entonces las puntuamos? El lenguaje de la comunicación es más preciso cuanto más convencional se vuelve. Todos sabemos que un ratón es un mamífero pequeño del orden de los roedores, familia de los múridos, subfamilia de los murinos. Pero el lector entenderá que mientras escribo estas líneas no tengo a mi ratón dando vueltas a una rueda en su jaula, sino inmóvil sobre mi escritorio, junto al teclado, y no precisamente porque lo haya domesticado. Utilizamos una convención lingüística o de estructura matemática para entendernos y, así, comunicarnos. Es el contexto de la frase o de la ecuación lo que nos sitúa en su condición. Es la referencia analógica la que nos ilustra con precisión.

Por convención matemática, el 0 indica nulidad y el 10, tetractis, sefirot, la totalidad. Signo de perfección. Las diez lámparas. Las diez vírgenes. Los diez talentos. La base de nuestro sistema algebraico. La camiseta de Pelé y Zidane.

Claro que es difícil entender el distingo entre un 6 y un 6,5, lo mismo que entre el 7 y el 8. Pero sabemos que un desayuno de 3 es vulgar y de 1 es incomestible. Que el 10 en atención no se refiere a Bo Dereck, sino a un hotel que te agasaja desde que entras hasta que sales, con nombre y apellidos, noble y personalmente. Que tranquilidad 2 pintan bastos, mientras que un 9 te sube al séptimo cielo. Que un edificio que se cae no merece un 8, ni tampoco ese falso historicismo decorativo en el que algunos han caído por creerse alguien en arquitectura. Cierto es que otras notas me incomodan y hacen dudar, como las otorgadas a la instalación. Tiemblo al calificar con 5 a un hotel austero frente a otro que te pone la alfombra roja y deleitea el paladar de tus hijos con un menú infantil. Lo que para unos es un bálsamo –el silencio–, para la familia es puro aburrimiento. Hay quienes no soportan el barullo de la tele en el comedor y los hay que no cenan mientras no vean los goles de la semana. Gente para todo, hoteles para unos pocos.

Porque es imposible contentar a todos promovemos establecimientos de nicho y que cada cual escoja el suyo. La nota máxima puede recaer en el hotel de los goles tanto como en el del silencio. A cada oveja, la sensación que le asemeja. Bien entendido que mis querencias por los silencios solo valen lo que mi entendimiento y circunstancia, sin que me postule a papa o padre de ninguna iglesia. Si mi puntuación sirve de referencia es porque algunos me leen, me creen, me vigilan y no se acomplejan. Subjetivamente. Con firma propia.

De ahí que en mi ponencia ratifique siempre el valor prescriptivo de las personas y no de los sistemas. Uno es reconocible por su naturaleza humana. El otro, cada día más, papel mojado.

Fernando Gallardo (@fgallardo)

Invocando al espíritu de Jávea

viernes, septiembre 4th, 2009

Preguntaba alguien en un foro de la red qué es el Espíritu de Jávea. No me sorprende, dado lo original de su significado. En pocos gremios se produce un debate así, una reflexión parecida, un ambiente de convivencia y prodigalidad ideológica como el que vivimos quienes compartimos las jornadas de marzo 2009 en el hotel El Rodat. A seis meses de aquello, cabe hoy concluir que el alcance de aquel evento trasciende el sector hotelero e impregna a quien hace votos sinceros por salir de esta crisis antes de que asomen los brotes verdosos anunciados por los expertos.

Por eso se preguntan algunos a qué cuento viene esto de Jávea. Francis Paniego responde a la cuestión con un ejemplo que me he atrevido a extraer de su muro en Facebook. Expresa a las claras lo que se puede hacer para renovar la cultura hotelera en España. El conocido chef escribe una carta a sus recepcionistas con instrucciones para agasajar a los viajeros, mientras incita a la participación de todo el personal en instrumentar ideas y propósitos que supongan un plus de calidad para su hotel. ¡Qué atinada iniciativa de inteligencia colectiva!

Reza así la epístola javiense de Paniego:

«Hola, M…, S…, V… y M… Este documento debéis imprimirlo y desarrollarlo al máximo, pues es importantísimo y será la base de nuestra oferta hotelera en el futuro inmediato. Desgraciadamente, las previsiones de ocupación hotelera para este mes de septiembre no son muy halagüeñas. La crisis económica se va hacer este otoño más palpable que nunca. En España existe sobreoferta hotelera, es decir, se han abierto muchísimos hoteles en los últimos años y ahora, a la primera de cambio, no hay demanda suficiente para atender la oferta existente.

Como podéis apreciar, la reacción de muchos hoteles ha sido la de bajar los precios. Nosotros también lo hemos hecho con ofertas puntuales, pero me temo que eso no será suficiente, y además corremos el riesgo de trabajar por debajo del margen del propio negocio. Esto nos llevaría a un desequilibrio de cuentas y, en el futuro, a hacer injustificable ante nuestros clientes un posible reajuste de precios. Además, el huésped no se conformará con tener precios razonables, buscará otras cosas y no va a aceptar un servicio deficitario de recursos. Tenemos, hoy más que nunca, que hacer que se sientan a gusto, felices en nuestro hotel, irse habiendo vivido una experiencia única en el Echaurren.

La recepción del hotel es el lugar más importante de la casa. Aquí se trata directamente con el cliente antes, durante y después de la salida, por eso es imprescindible establecer un plan de acciones encaminado a fidelizar al cliente. Es muy importante el cliente que puede venir, pero aún lo es más el que ya está en casa. Una persona que trabaja en la recepción de un hotel debe anticiparse a las necesidades de los huéspedes, ofrecer, sugerir, indicar, sonreír siempre, solucionar problemas. Solo de esa manera lograremos salir de este bache y salir reforzados de esta crisis. Por eso os pido que desarrolléis más este plan de acción que os propongo abajo, lo cumplimentéis con teléfonos, contactos, direcciones y desarrolléis al máximo.

En un futuro debemos anticiparnos a la llegada del propio cliente, saber cuál es su plan de viaje para tener preparadas las excursiones y actividades que hayamos aconsejado. Debemos publicitarlas en el cartel que colocaremos en la entrada del hotel cuanto antes. Esto tiene la máxima prioridad. No debemos dar nunca un NO a un cliente. Ello tiene una componente de reto, a mi juicio, muy ilusionante. Si somos capaces de establecer rutinas y pautas de trabajo, será fácil y muy gratificante.»

Después de leer esto opino que todos los hoteles sin excepción deberían colgar de su tablón de anuncios este catecismo de la «buena recepción». Yo añadiría algo que hemos debatido hasta la saciedad en las jornadas hoteleras de La Ruina Habitada: las liturgias, como ésta de la bienvenida, se deben celebrar en el escenario apropiado para hacerle sentir al viajero el calor la acogida. No vale hacerlo detrás de un mostrador-expendeduría. Jamás atosigar al huésped con incómodos trámites. Provocar una emoción inesperada. Sorprender, acoger, conducir y agasajar.

Me gusta lo que hace este Paniego.

Fernando Gallardo (@fgallardo)

Al 62% de los hoteles les va mejor

martes, septiembre 1st, 2009

Un empresario al que aprecio por huir de la convención y alumbrar uno de los hoteles más interesantes inaugurados en España durante los últimos años me ha escrito para confesarme su tormento. Agosto ha concluido y los peores pronósticos se han cumplido: la ocupación ha registrado unos niveles de cortarse las venas. Compungido por la que todavía se avecina este próximo otoño, el hotelero de marras lanza un sos con más pinta de botella en el océano que sirena en el parque de bomberos.

Yo que tú no lo haría, forastero. Con un establecimiento rural de ese porte –no revelaré el nombre para seguir mereciendo su confianza y ser acreedor a otras discretas confesiones– yo no estaría preocupado lo más mínimo. En cuanto nazcan las vacas gordotas de la economía mundial su palomar gastronómico recuperará la clientela perdida y el buen hombre volverá a sonreír, no me cabe la menor duda. Algunos cientos de hoteles en España, o quizá más, sufrirán el llanto y rechinar peces_saltandodental de quienes durante este periodo crítico se han flagelado hasta aburrirnos sin poner remedio al problema anticipando las goteras que toda casa pide se reparen en los momentos de descanso.

No me ha dicho este buen hotelero a cuánto ascienden sus pérdidas, pero me temo que serán elevadas. Ya habrá tiempo para cosechar la siembra y guardar lo sobrante en la hucha, y no en gastarlo como sea en Dubai o Las Vegas. Ahora conocemos los resultados –someros– de quienes han respondido a nuestra encuesta en el Foro.

La pregunta era: ¿cómo te va este año? A los foristas no les ha ido tan mal como cabría presagiar. Suponemos que los hoteleros asistentes a las jornadas de Jávea habrán tomado nota y, unos meses después, el negocio ha presentado un rostro más fortalecido y seductor con el que retener a la clientela. Un 25% confiesa haber mejorado en más de 10 puntos durante 2009. Y, lo que parece más sorprendente, uno de cada cinco hoteles declara una mejoría neta de su cuenta de resultados en más del 40%. Incluso un 6% aumenta sus ganancias en más del 50%, lo que significa que la mayoría –un 62%– de los foristas han gozado de buena salud a lo largo de todo 2009.

Para quejarse, el 19% de los encuestados han declarado pérdidas por valor de 20 puntos abajo. Y llama la atención que el 6% ha descendido en facturación a la mitad. El 37% de los encuestados han entrado en pérdidas este año, pero la sangre no parece haber llegado al río por eso.

Puede que los datos no sean reales y nuestros encuestados se hayan dedicado más a contabilizar aquí sus deseos que sus realidades, pero la moraleja de la encuesta salta a la vista. Si el 62% de los hoteles del Foro gana en detrimento del 37% que pierde esto quiere decir que los primeros están mejor preparados que los segundos en sortear la crisis y que, según la lógica de la cooperación, éstos deberían ponerse en manos de aquellos para ser aconsejados sobre la estrategia a seguir en estos tiempos a fin de sobrevivir en el océano rojo de la crisis.

Aquí el clúster de innovación hotelera encuentra su razón de existir.

Fernando Gallardo (@fgallardo)