¿Qué opinamos los hoteleros de nosotros mismos? ¿Acaso tienen que venir de fuera a buscarnos los defectos? Porque las loas y los aplausos son siempre bienvenidos, aunque a veces sean caramelos envenenados. Ante todo somos hoteleros porque tenemos un proyecto, un concepto, una idea, una filosofía de vida, una cultura con la que estamos profundamente comprometidos. Todo eso lo queremos trasladar a los demás y lo plasmamos en nuestro proyecto/espacio, lo lanzamos/compartimos con los demás o estamos en el principio del fin de lo nuestro.
No me parece que cuando hablamos de innovación hotelera estemos hablando de esto precisamente. Las últimas reflexiones en este Foro sobre los que dicen los demás (en terminología moderna 2.0) me está empezando a descolocar Desde siempre he creído que "no importa la opinión, sino el agente opinante" (por ejemplo, para mí lo que me diga Fernando Gallardo sobre El Secanet me llega, me duele, me conmueve, me motiva Y, por contra, lo que me critique un determinado y futuro ex-cliente (porque después de una mala opinión aparece la decisión explicita de no volver al lugar del crimen) me dolerá o no, pero será objeto de un análisis diferente .
No creo que debamos adaptarnos permanentemente a aquello que nuestros clientes demanden. La gente, en general, nunca demanda innovación. Salvo que esté muy escaldada, la gente es continuista y huye de los cambios. Así pues, o conocemos bien nuestras debilidades y fortalezas, o mal rollo.
Si no queremos perpetuar una hotelería cutre, opinemos nosotros de nosotros mismos… Pongamos en práctica unos ejercicios espirituales. Primero en Jávea. Ahora en Solares, por supuesto.
Salvador Estellés, hotel El Secanet
Para opinar nosotros de nosotros mismos tendríamos que hacer lo que ya muchos hemos empezado y que se tiene planificado hacer en el Clúster, y es «el Viaje a los sentidos». Para mi ha sido muy constructivo visitar el año pasado Les Cols, El Aire de Bardenas y Hegia, y este año tu casa El Secanet y Son Esteve de nuestro amigo Bernat. Se aprende mucho tanto de los demás como de uno mismo. Te abre la mente a nuevos horizontes y te ayuda a limpiar de «tu casa» todo lo que sobra. Estoy deseando que llegue la hora de que podamos repetir las sesiones de la Ruina Habitada «deslocalizándonos» y partiendo hacia nuevos rincones de los aforados.
Más humildemente que Salvador y Carmen – la isla impone su ley, eso marca y mucho – este año nos hemos impuesto ir a un espacio sensorial: Les Cols. Que mucho nos ha costado, por cierto, prueba de su acierto y buen hacer. Os informaremos debidamente, pues vamos tres días antes del encuentro de Solares….Pero debo decir que si bien de los otros siempre se aprende algo, después uno debe ser realista y adoptar el «modus operandi» que te nos pudiere haber gustado en la medida de las nuestras posibilidades .
Ver, aprender, confraternizar. Sí, siempre. Pero con criterio. El viento huracanado se ha abatido sobre la isla….
Observar y aprender. De todos podemos y debemos aprender pero siempre otorgando a nuestro establecimiento nuestra propia filosofía. Conseguir el mismo fin con los medios que mi alojamiento y yo disponemos. Como diría Manquiña, lo importante es el concepto, y tod@s vamos en una dirección, lo que si siempre será distinto será su gente, su continente y su contenido. esa será la grandeza del clúster. La opinión y la critica, venga de quien venga, siempre serán una ayuda para que veamos con otros ojos lo que hacemos y ofrecemos, y que sin duda nos guiaran hacia donde vamos. Los sentidos.