Del webinario al webparlamento

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Asistimos durante esta semana postelectoral a algunos debates muy animados en Facebook sobre el fenómeno de la abstención y el desinterés creciente de los votantes hacia la clase política. Desde aquellos que creen en una circunstancia pasajera hasta quienes piensan en un desmoronamiento formal de la democracia, hay materia prima suficiente para reflexionar en adelante sobre la redefinición que exige ya la idea de pueblo, nación, Estado, sufragio, circunscripción electoral, propaganda, clase política, gobernantes y, naturalmente, democracia.

Cierto es que tales conceptos han merecido siempre un cuestionamiento ético y formal, pero nunca más que en la actualidad, cuando la transformación de los medios de comunicación, la crisis de confianza económica y la digitalización progresiva de la población mundial está cambiando la manera de relacionarse y hasta la manera de pensar del común de los mortales. A los políticos relumbrantes de hoy se les empapuza la boca de innovación, de urgencias competitivas y de I+D+i. Pero todavía no se les ve por Facebook, que es el nuevo escenario en el que parece se desenvolverá la democracia del futuro. Y cuando se les pregunta por Twitter responden –algunos graciosos indocumentados– que sí, que en su época también se bailaba el twist.

Hoy he asistido a un triple webinario emitido por un portal de Internet, por el Facebook nuestro de cada día y hasta por un canal de televisión importante en Chile. Tres en uno… Y no se notaba para nada en qué formato se emitía o llegaba la señal. Esta iniciativa pionera sirvió para dialogar sobre varias cosas, como que cada día más la información, la educación y el entretenimiento está llegando vía multicanal. Algunos hemos querido ir incluso más lejos con el presentimiento de que todo esto del apagón analógico que alumbrará el año próximo  la televisión digital ya nace viejo. La televisión de la próxima década será la webTV, por mucho que se empeñen los gobiernos europeos en institucionalizar la transmisión de señales de vídeo. Antes ya lo hicieron con Internet, el videotexto de los años 80, y fracasaron sin excepción en todos los países. Como sabemos, el Internet creado por los norteamericanos sin normalización alfamosaica ni alfanumérica, libremente, triunfó y es lo que nos permite hoy día estar en este Foro.

En Chile ya están tomando la delantera y se prevé la implantación de Facebook y Twitter en el Senado, a fin de que los elegidos estén en permanente contacto con los electores, base de la nueva democracia. En el futuro, muchas leyes no requerirán el voto de los representantes políticos, sino el sufragio directo de los ciudadanos a través de Twitter, Facebook o lo que tenga que llegar. El poder legislativo se reunirá en el webparlamento para discutir y aprobar las leyes, y tal vez no sean necesarios los diputados, sino los expertos. Mientras, la vieja Europa se queda, eso…, vieja. Aquí seguimos con las papeletas, el lapicero de botiguer detrás de la oreja y a años luz de quienes discuten nuestro destino. Luego, todo el mundo piensa que existe una preocupante fractura entre el cuerpo de electores y la clase política a tenor de lo visto en las últimas elecciones europeas.

Consecuentemente podría estar sucediendo lo mismo con actual crisis turística. ¿En qué medida la recesión ocupacional no puede ser debida a la fractura existente entre el cuerpo de viajeros y la clase hotelera? Lo venimos sosteniendo por activa y por pasiva en este Foro, en sus jornadas previas y en los webinarios que celebramos sobre innovación y cooperación turística: tanto en la política como en el turismo, “salir a la calle” es “entrar en Facebook”.

Fernando Gallardo

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