Increíble, pero cierto. Acabo de recibir un comunicado de un hotelero participante en este Foro y no he podido dar pábulo a lo que he leído. Miguel Pemán, propietario de la Posada La Pastora, premia con un desayuno gratis a todo cliente que haya dejado una opinión, positiva o negativa, en cualquiera de los siguientes portales:
Rusticae / Clubrural / Toprural / Tripadvisor / Notodohoteles
Ello porque las opiniones de los usuarios en Internet constituyen uno de los factores más influyentes al buscar alojamiento. Por ello, desde su comunicado, Pemán anima a todos a seguir expresando a través de estos canales las opiniones de sus actuales o futuros clientes. No es gran cosa un desayuno gratis, pero por escribir unas líneas nada más a mí me parece que ya está bien pagado.
¿Donde reside, pues, mi sorpresa? Evidentemente, el surgimiento de la denominada web 2.0 no ha sido muy bienvenida en general por las empresas turísticas. Que se publique una opinión negativa acerca de tu establecimiento no es plato de buen gusto para nadie… Excepto para las personas inteligentes.
Napoleón, entre otras muchas de sus frases célebres, dijo «que hablen de mí, aunque sea mal». Se ve que el estadista francés ya sospechaba antes de la era Internet que lo principal de un negocio -el suyo, el de la República- era la fama, la publicidad, que hablen de uno. Si el mensaje es negativo ya habrá tiempo de transformarlo en positivo con una buena actuación subsanatoria.
Eso es lo que subraya con este gesto el inteligente Pemán. Hablar de un hotel es compartir las vivencias propias con los demás. Es un acto social. Incita al viaje, sobre todo si el hotelero inteligente enseguida remedia lo que ha causado una mala opinión. Y ya todo el mundo sabe que, además de filtrar las opiniones, en Notodohoteles otorgamos a todo hotelero el derecho de réplica, que es la mejor manera de discernir en público lo veraz o falso de una crítica. Es la manera civilizada de defenderse y de contrastar opiniones.
Bravo entonces a la iniciativa de Miguel Pemán. A mí, sólo por esa actitud, me está ofreciendo garantías de que La Pastora es un buen hotel. O, al menos, un lugar donde se corrigen los errores que pudiéramos padecer. Un techo razonable, civilizado, generoso.
En ocasiones he sufrido encontronazos con quienes me han exigido -infructuosamente- que retire alguna opinión non grata de mis guías o de mi portal en Internet. Algunos hoteleros incluso me han amenazado -de nuevo, infructuosamente- con demandarme si no retiraba mi recomendación personal de estas mismas guías o página web. Incólume al desaliento, he intentado siempre gobernar sus cabreos con el ejemplo que acaba de darnos a todos el propietario de la Posada La Pastora.
Pero, claro, no puedo aspirar a que todo el mundo sea tan inteligente.
Fernando Gallardo
Fernando, como siempre al quite. No pierdes ni una… Estoy absolutamente de acuerdo: la crítica y la autocrítica son fundamentales para el crecimiento personal. Es difícil que una persona progrese cultural e intelectualmente sin someterse a la crítica de su entorno y a su propia autocrítica.
Cómo puede el propietario de un hotel saber como se encuentran sus huéspedes sin conocer su critica? Cómo pueden ser modificados los comportamientos erróneos sin una crítica imparcial? Sencillamente no puede ser. Sólo es sabio aquel que admite que no sabe nada, porque escucha y aprende . Y es estúpido aquel que cree que lo sabe todo, porque nunca escucha.
Desde que pusimos en marcha este proyecto, nuestro principal interés es la crítica de nuestros huéspedes, visitantes, amigos, críticos profesionales y todo aquel que quiera opinar, porque nuestra idea ha sido hacer un lugar ideal, para nuestros huéspedes. Y cómo es posible acertar sin su crítica?
La idea de Miguel es genial y la tuya al darte cuenta del detalle y resaltarlo.
Desde que empecé en esta profesión ruego a los clientes escriban sus opiniones en el libro que tenemos para comentarios tanto buenos como malos para poder corregirlos. Tanto es así que hace poco vino una familia repetidora del año que abrimos y al reservar este verano ellos preguntaron si ya funcionaba todo? Al marcharse les rogué me dijesen si algo no funcionó para corregirlo, y se quedaron muy sorprendidos. Creo que no hace falta ser muy inteligente para saber corregir los errores. ¡Ah, el desayuno lo regalamos siempre!
No pensé en un primer momento contestar a las que entonces y ahora considero exageradas apreciaciones de Fernando para con nosotros. Sin embargo tengo que reconocer que me alegraron sobremanera y, lo que es más importante, me sirven y me servirán de ánimo en las muchas ocasiones en las que el desaliento ronda mi actividad. Es por ello por lo que, aunque tarde, me animo primero a dar las gracias a Fernando por sus amables palabras y luego a añadir mi punto de vista a la cuestión suscitada. En una actividad tan atomizada y dispersa como la nuestra, internet en sus más modernas versiones se nos presenta como la única forma de hacernos visibles, y esto es tanto más verdad cuanto más recóndito es el punto en el que nos encontramos y tenemos por tanto que agarrarnos a todas las posibilidades que se nos ofrecen. Entrar (y fomentar) el intercambio de opiniones es una de ellas y, está demostrado, ayuda a los clientes a tomar sus decisiones. Las 2 premisas necesarias son la valentía de hacerlo y la garantía de que las cosas se hacen con honradez y cariño. La segunda la cumple todo el personal de Posada La Pastora. Con la segunda cubierta la primera premisa es cosa de niños.