Tiempo de relojes y no de zapatos

Zenith, el fabricante suizo especializado en la relojería de los aviones espías, creó hace años el Zenithium. Este nuevo material, tres veces más resistente que el acero inoxidable, combina en su núcleo titanio (fuerza), aluminio (ligereza) y niobio (memoria de forma), con unas propiedades físicas y químicas similares a las del tántalo y de número atómico a caballo entre el zirconio y el molibdeno. Harry Winston, el  fabricante neoyorquino,zenith-defy-xtreme-tourbillon-zero-g-watch-1 utiliza en sus relojes de lujo expuestos en la Quinta Avenida el Zalium, aleación de aluminio y zirconio que confieren una gran resistencia al motor de los aviones a reacción.

Hublot, a su vez, emplea el paladio, metal de transición blando, maleable, dúctil y escaso en la naturaleza; se conoce como oro blanco y sirve para el revestimiento de los telescopios. Lo último, empero, es un material propio que este ginebrino ha denominado el Hublonium, mezcla de magnesio y aluminio, tan ligero y robusto que el relojero solo se permite fabricar 250 modelos anuales de su Mag Bang. Otro relojero de prestigio, Tag Heuer, utiliza carburo de titanio para producir piezas resistentes a cualquier impacto. En fin, Rolex ha creado Everose, una aleación propia de oro y cobre que hace de sus relojes un objeto de culto en el mundo entero.

Innovar es precisamente eso que hacen los relojeros: inventar cosas, procedimientos, razones, ideas, sistemas, estrategias, herramientas, entretenimientos, formas, espacios… Al día de la fecha sabemos que la innovación es la gran baza a jugar por las empresas y los países para superar la actual crisis, incluidos los entes turísticos. La Administración española promueve a través de diversos canales y portavocías la idea de la innovación como nuevo valor económico y social. Estos meses se nos ha recordado a Einstein, a Steve Jobs, a Barrabés, planes Avanza e ICO por demás.

Pero no hacemos nada si para darle utilidad al Zenithium el Gobierno de turno franquea el paso de los innovadores con mil impedimentos o trabas burocráticas bajo la argumentación del Estado garante, que es lo que hoy está sucediendo en España. Constituir una sociedad con la participación de muchos asociados, escriturarla y sufrir la apostilla de un servidor público, merecer la inscripción en el registro oficial que le corresponde e iniciar su andadura tras recibir los parabienes legales, medioambientales, técnicos y gananciales oportunos puede suponerle a muchos innovadores una verdadera bicoca. O un motivo justificado de desánimo.

Si realmente queremos poner en marcha el motor de la innovación en este país debemos exigir que el e-Government, es decir, la burocracia simplificada gracias a Internet, sea efectivo y extensivo a empresas y ciudadanos. Simplificar los procedimientos coadyuva al emprendimiento mucho más que cualquier política de subsidio. Atender a razones crea mejores que expectativas que diseñar planes. Por supuesto que debe existir el Estado garante, pero muy frecuentemente sus funcionarios lo que garantizan es la ineficiencia.

Por eso resulta tan lamentable estos días comprobar que persisten los obstáculos burocráticos al emprendimiento y la única ocurrencia oficial de innovación turística sea el peregrino alumbramiento de una llamada Plataforma Tecnológica de Comercialización Turística por parte de la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (SEGITTUR). Un sistema multicanal de reservas hoteleras en abierta competencia con los existentes (como si fueran pocos…) y que tiene enrabietado a todo el subsector de agencias de viajes y portales on-line.

¿Habrá llegado el momento de sustituir en nuestro armario los viejos zapatos por un moderno reloj?

Fernando Gallardo (@fgallardo)

3 Responses to “Tiempo de relojes y no de zapatos”

  1. Dos zapatos y una silla, pegados a cada funcionario… ¡ Y los que revolotean entorno a ellos !
    Inteligencia, interés y afán de aplicar las nuevas tecnologías con visión de futuro, en mejora de la viabilidad ¿ Donde y como se pegan ? … A lo mejor, no lo juzgan conveniente para la
    » ciudadanía » .

  2. Investigar… Innovar… Incentivar…
    ¿Por qué no permitir que las pequeñas y medianas empresas que no facturen mas de 1 millon de euros anuales puedan no pagar a la Hacienda Pública por los primeros 100.000 € de beneficios, siempre que los reinviertan en mejoras o ampliaciones en el siguiente año fiscal?…
    No sería una gran disminución de los ingresos fiscales pero daría la oportunidad de movilizar a gran número de pequeños negocios y en pequeñas inversiones que se repartirian en gran numero de pequeños contratistas, etc…

  3. La tiranía de la burocracia es el mayor enemigo del progreso. ¿Cómo es posible que en un país como el nuestro donde el paro avanza hacia números insostenibles, donde el soporte engañoso del crecimiento económico ha sido el construir por construir, dejando de lado la economía productiva de bienes y servicios y la investigación tecnológica; digo, cómo es posible que en un país así se permita en estos momentos de crisis sostener un sistemama burocrático como el que tenemos, agravado por la miopía clasista de la Banca («tanto tienes tanto puedes» en vez de «tanto creas, tanto esfuerzo dedicas, tanto vales») que impide a pequeños emprendedores el generar ideas innovadoras y llevarlas a cabo sin una tramitación tan engorrosa?. Sí, ¿cómo es posible que un grupo de empresarios, arriesgando su dinero, con una idea innovadora, puedan llevar «CUATRO MESES» para constituir una sociedad que se pierde entre las cantidades ingentes de papeleo burocrático en las notarías, registro mercantil, nombre societario, poderes, escrituras, etc, etc, etc.?

    ¿Por qué tienes que fotocopiar una y otra vez las escrituras, los poderes, el CIF, el NIF…? ¿Acaso no existe un número que identifica a una sociedad y a una persona? ¿No está todo en una base de datos en el Registro Mercantil Central? ¿No existe un DNI electrónico? ¿No están todos estos datos al acceso informático de las Administraciones? Entonces, ¿por qué no se pide un CIF y un DNI y a través de esos datos, las Administraciones comprueban con sus medios la realidad de componentes, poderes, identidades, etc?

    ¿Cómo vamos a progresar en un país que pone tal cantidad de trabas a sus emprendedores que quieren arriesgar su dinero en crear una empresa? Así es absolutamente imposible.

    Creo que es momento para un cambio total, aprovechar esta crisis y las urgentes necesidades que crea para cambiar de verdad las formas administrativas en las relaciones Administración-ciudadano.

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