Qué hay de nuevo por aquí

Que nadie se asuste. Yo sí. Me tomaba un café esta tarde en el mall de La Dehesa cuando, de pronto, algo me hizo sentir en la silla una yema de huevo en la turmix. Miré a mi alrededor y los rostros expresaron inmediatamente lo que allí ocurría. Fue un temblor. Una sacudida de las consideradas fuertes: 5,9 en la escala Richter. Duró unos 30 segundos. Minutos después le sucedieron otras dos réplicas. Y hasta ahora.

No se mueva nadie. Se agitaba el reloj de la pared, mientras ojeaba de soslayo los diedros de los muros. Impertérrito el camarero, de pie con su bandeja, sin que se llegara a derramar una gota de café. Atónito el cajero: a él se le vendría primero el techo. Sudé, no tinta, sino puro vapor de agua en la sofocante tarde santiaguina. Mis contertulios enseguida intervinieron: «no te muevas, no pasa nada, y si pasa sucederá más tarde». ¡Menudo alivio!

Pues no me moví. En cuanto llegué a casa escudriñé de un zapping las portadas de los diarios chilenos. En todos ellos (El Mercurio, por ejemplo) figuraba ya la noticia en portada.

Emocionante, ¿verdad? No tanto como los temblores de Wall Street, pero sí que me animan a seguir por aquí. La vida es una aventura tan apasionante que merece la pena estar ahí, donde sucede la noticia, donde se cuele el bacalao. Y el bacalao se está cociendo ahora mismo a 45 kilómetros del epicentro de este seismo, en la bella localidad portuaria de Valparaíso. Desde allí me acaba de informar uno de los arrquitectos miembros del Colectivo Valparaíso, constituido hace unos días, que se ha ido ilusionado en pos de una quimera de ruina (¿lo cuento?, no, dejémoslo para más adelante) y se ha vuelto con el nuevo alcalde de la ciudad, Jorge Castro, en el bolsillo. El edil se mostró muy interesado por el proyecto de Hotel de los Sentidos (por ese nombre lo conoce) y ha ofrecido toda la ayuda necesaria para su ejecución, lo que en Chile significa vía libre a la innovación. Incluso comentó a nuestro arquitecto que existen algunas propiedades municipales que se pondrían inmediatamente a nuestra disposición por si fueran de nuestro interés para ubicar en ellas este Hotel de los Sentidos.

Mañana mismo tengo una cita con el arquitecto en cuestión, Fernando Vogel, en su estudio de Santiago. Me quiere enseñar algunos de sus trabajos y las obras en marcha de un hotel con encanto que él mismo ha proyectado en la capital chilena.

Otra noticia es que tengo creado un grupo en Facebook con el nombre, consuetidinario nuestro, de La Ruina Habitada. Es España sentimos pudor por exhibir nuestras arrugas en Internet, pero en Chile -entre otros países avanzados- el féisbuc éste se ha hecho tan corriente como la libreta de apuntes en el escritorio. Si alguien se quiere sumar, bienvenido sea. Pero sepa que el derecho de admisión está reservado, como el de debatir en nuestro Foro. Muchos son los llamados y pocos serán los elegidos.

Un amigo mío de Madrid se ha mostrado interesado en un señuelo que le solté: en Valparaíso falta una lavandería industrial. Los hoteles, pobres, se lo han de lavar a mano. O en sus propios artilugios. Es una oportunidad más de negocio en un país que no le teme a la crisis. O no tanto como en España… ¿Qué nos está pasando en Europa? En agosto, cuando me vine aquí a pronunciar unas conferencias sobre la Arquitectura de los Sentidos, el euro se cotizaba a 633 pesos. Hoy el euro ha cerrado a 957 pesos. Un 50 % más barato saldría hoy el Hotel de los Sentidos si el fondo de inversión en España estuviera ya constituido… A lo mejor, el euro sube más. Pero entonces alguien se preguntará qué humilde rábano les venderemos a estos precios.

La solución la tiene nuestro contertulio habitual, Bernat Jofre. «El dólar baja, la libra también, el euro se mantiene… Hace unos días la divisa norteamericana se cotizaba a 1,20. Ahora, a 1,50 respecto al euro. Peor lo tienen los ingleses: hace un año, el turista inglés era feliz en Mallorca. Gracias a la fortaleza de su moneda, pese a ser un trabajador del ramo textil de Manchester, podía pagar una semana de vacaciones en una villa situada en Pollença. Esa casita no le costaba 1.000 euros/semana, sino 600, que es muy diferente. Y un menú en el restaurante de la playa no eran 15 euros, sino 10. «All is over, all is gone«, diría él mismo. Este año puede que esa misma casita le cueste ya más de 1.000 euros. Porque hoy la libra esterlina estaba ya por debajo del euro en el mercado de Londres. A no ser que el mallorquinete de pro, propietario de la más que amortizada casa, decida bajar los precios y ponga al mercado su villa a 800 euros/semana. Entonces puede que el inglés se atreva a venir. Pero el del restaurante, ése sí que lo va a pasar mal: no va a poder bajar un 25% el menú. Los de Protur están ofertando su nuevo GL a precio de tres estrellas… ¡qué torta se pueden dar! Pienso en la Costa Brava, pienso en Málaga… Sé que hay muchos hoteleros que viven del inglés: éstos sí tienen razones para estar inquietos. Cuando Morgan Stanley le compró a Hilton 10 hoteles por 566 millones de euros en julio de 2007, todo el mundo pensó que habían hecho un buen negocio, máxime teniendo en cuenta que al año siguiente tan sólo el Hilton Barcelona salía a la venta por 100 millones. Pero vino lo que vino, y toda la operación se paró. Los alemanes no han comprado, o no hay noticia de ello. Hoy Morgan sería feliz si alguien se presentara con 600 millones de euros y les quitara el muerto de encima. El dólar no caerá más allá de 1,75 por euro: no interesa. Y desde una perspectiva sumamente egoísta, el Colectivo de Inversores podría ver facilitada su tarea en Chile.»

No se puede decir más claro ni más cierto. Más novedades en los próximos días, antes de que a alguien se le atragante el turrón. 

Fernando Gallardo

One Response to “Qué hay de nuevo por aquí”

  1. Aqui hasta el turrón se tambalea… menos producción, menos ventas, menos cenas y almuerzos de Navidad en las empresas, más lotería de la española, pues de la de Mardoff que siempre toca, no llevamos décimos.
    El terremoto aqui es el paro y se anuncian varias réplicas para los próximos meses.
    Bueno, después de esta catarsis mundial en la que Chile juega con ventaja, vendrá con seguridad la calma que permita , más que nunca, respirar, oler, tocar, admirar, desgustar y escuchar todo lo bello de la Tierra y lo que está por nacer en una ruina/establo de Chile que viene con un Valparaiso del brazo.
    Feliz Navidad

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