Un lazarillo en nuestro laberinto

QR S verde

Este extraño laberinto hace apenas dos años habría sido interpretado como un signo cabalístico. Hace cinco siglos, seguramente un marchamo de brujería, algo diabólico e inquietante. Hoy todo el orbe sabe que se trata del código QR (Quick Response), alter ego del popular código de barras, pero más potente y ergonómico a los ojos de las cámaras integradas en los teléfonos móviles. Es la seña innovadora que nos define.

Este cuadratín pixelado no es un ditirambo, sino que identifica por sus señas al Clúster de la Ruina Habitada. Propongo que el forista tome su teléfono, apunte hacia la pantalla y obtenga una fotografía del cuadro. A continuación, descargue un lector de código QR entre los varios que se ofrecen en la red (por ejemplo, el Kaywa) y curiosee sobre lo que le aparecerá escaneado en su móvil: los datos de contacto de nuestro clúster, a guisa de tarjeta de visita. Porque esto es lo que va a ser el anagrama QR: una tarjeta identificadora de nuestra existencia, la firma de nuestra actividad profesional, la llave de acceso a muchas cosas en el futuro.

A partir de ahora veremos una estampilla QR en la columna derecha de este Foro, debajo del listado de los miembros del clúster, para que nadie se pierda por sus vericuetos.

Las aplicaciones de este código son tan ilimitadas como insondable es la imaginación humana. Sirven en los supermercados para el marcado, inventariado, etiquetado, contabilidad y venta de los productos. Los comercios que frecuenté el año pasado, durante mi periplo por Japón, exhibían todos la etiqueta al pasar por el láser de caja. Amigos míos o contactos profesionales me mostraban una placa con el garabato y me incitaban a fotografiarlo para obtener inmediatamente en mi móvil sus datos de contacto en lugar de la vulgar tarjeta de visita.

hotelQROtras aplicaciones lúdicas de este grafismo se han ido generando en todo el mundo, incluida España. La Vanguardia ha organizado juegos entre sus lectores geek. Se convocan incluso instructivos concursos de… QR cuentos, algo así como unos microrrelatos. Hasta Pepsi lo ha utilizado en una campaña de publicidad. Lo último de lo último es un proyecto de hotel en Dubai  (no podía ser en otro lugar) en cuya fachada se ofrece con código QR la información práctica del establecimiento.

Nosotros pretendemos ser serios y rigurosos en la utilización de este invento. Creemos que puede resultar muy práctico para resolver la tan cacareada molestia del registro en los hoteles, que dificulta esa liturgia de la bienvenida que hemos proclamado en diversas ocasiones desde este Foro y en las anteriores jornadas de La Ruina Habitada. ¿Por qué no lanzar a través de la web una estampilla QR en el momento de formalizar la reserva y que un lector reconozca el teléfono móvil de los viajeros a su llegada al hotel, como hoy se estila en los forfaits de las estaciones de esquí?

En la práctica innovadora que nos hemos propuesto con la constitución del Clúster de la Ruina Habitada, éste será uno de los objetivos que tendrán una prioridad tecnológica. No para ser más snobs que nadie, no por apuntarse gratuitamente a la modernidad, sino porque van a ser estas herramientas las que posibiliten un cambio de concepto en la hotelería del futuro. Tecnología que facilitará y dará vida a las liturgias de los sentidos.

Fernando Gallardo (@fgallardo)

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